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Catalejo

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Anulfo Mateo Pérez

Perfidia y cautela

Mucho se insiste en narrar de forma distorsionada la historia de la izquierda dominicana; algunos “historiadores” insisten en manipular los hechos, denigrar organizaciones revolucionarias que se extinguieron y a sus dirigentes más destacados.

Ahora la palabra gana cada vez más poder que las armas de guerra. Con ella se puede adormecer la conciencia, dominar la voluntad y conducta de la gente.

Espanta leer o escuchar lo que izquierdistas arrepentidos escriben o verbalizan respecto a la historia de las organizaciones revolucionarias. Muchas de esas historietas están dirigidas a confundir incautos; a difundir una falsa percepción de la historia y a crear una imagen negativa de la izquierda en la vida nacional.

Marquemos la diferencia entre la historia como ciencia y la historieta, arte universal que se remonta al siglo XIX, de la mano del suizo Rodolphe Tópffer, el alemán Wilhem Bush y el francés Cristophe.

Detrás de ciertos radicalismos vacuos se ocultan programas imperialistas dirigidos a atrapar las “mentes brillantes” de intelectuales o de la gente común bien intencionada. Y muchos de los “errores” de la izquierda, que le retrasan la marcha, han sido inducidos por la “mano peluda” e invisible del imperio y sus agencias de contrainsurgencia.

Por eso a “las malas lenguas cultas la llamaban Aspasia, como a la mujer de Pericles, aquella que, con su perfidia, llenó de sangre el mundo de las calles de Samos y Megara”. Las agencias del imperio usan “caballos de Troya” para realizar el trabajo de zapa; crean falsos dirigentes sindicales y políticos; infiltran y penetran organizaciones revolucionarias.
Y hay ciertos “historiadores” que hablan por “boca de ganso” y escriben por encargo. Hay que cuidarse de las mentiras y medias verdades.