Por Danilo Cruz Pichardo
(danilocruzpichardo@gmail.com).-
A la libertad de prensa se le considera estar por encima del resto de los derechos humanos. No se puede hablar de libertad sin citar la censura, pues es una forma de emancipar los excesos del poder.
Los actos más escandalosos, en nuestro país, se registraron en la tiranía trujillista y en los 12 años de Balaguer, en los que asesinaron a renombrados periodistas.
Se trató de una afrenta para la prensa, pero en el gobierno que felizmente se va hoy hubo bochornosos casos de censura, donde se impidió la divulgación de programas televisivos grabados, presionando a los propietarios de medios.
Decenas de productores de espacios en medios electrónicos fueron excluidos por presiones del gobierno. Y muchos reporteros fueron despedidos por la intervención de funcionarios, hasta por formular preguntas que califican capciosas.
El retroceso en la libertad de prensa en los gobiernos del PLD está fuera de debate. Podría citar múltiples ejemplos de persecución contra comunicadores reconocidos, como son los casos de Nuria Piera, Marino Zapete, Huchi Lora, Juan Bolívar Díaz, Milagros Germán, entre otros.
De igual modo, ciertos medios independientes, recibieron presiones, se les despojó de publicidad gubernamental y les tiraron a Impuestos Internos.
Un alto porcentaje de comunicadores tuvo sus teléfonos intervenidos, por denunciar corrupción o vínculos con el narcotráfico. Y, además, les hackearon sus cuentas de redes a través de técnicos de los propios organismos de seguridad. Esa práctica delictiva se hizo norma en la dictadura peledeísta, donde la Procuraduría y el DNI llevaron la voz cantante.
A periodistas que denunciaban excesos gubernamentales les aflojaban las tuercas de los neumáticos delanteros de sus vehículos, atentado terrorista que atribuyen al DNI.
¿Cuántos perdieron la vida en accidentes inducidos? Esos atentados los he denunciado desde marzo de 1998. El DNI peledeísta solo se puede comparar con el SIM de Trujillo. ¡Por fin, por fin! Nos hemos liberado. Y el momento es para querellas formales ante la justicia, contra todos los que usaron el poder para abusar.