Articulistas

Cita histórica

Cita histórica

Las elecciones del próximo domingo ponen en juego muchas cosas. Eso le atribuye gran trascendencia. La sociedad dominicana ha iniciado un proceso de mayor proactividad de su ciudadanía y eso evita o torna difícil que cosas que eran “normales” se puedan hacer en la actualidad: Un presidente en ejercicio intenta modificar la constitución para repostularse y la presión social lo impide.

Se aborta un proceso electoral y la gente exige responsables. Se manipula una pandemia para crear pánico, la población se muestra dispuesta a votar. Se destinan miles de millones de pesos para promover un candidato que no logra, pese a eso, crecer.

Como si lo anterior fuera poco, el certamen del día cinco cierra y abre ciclos. Hay etapas, tanto de personajes como de partidos, cuya existencia experimentará, a partir de los resultados dela contienda, mutaciones extraordinarias que podrían incluso implicar el epílogo de sus influencias en la vida pública dominicana. De otro lado, es evidente el surgimiento de nuevos protagonistas y de novedosas formas de asumir la política, que catalizarán la obsolescencia de viejos paradigmas.

La no comprensión de las inéditas rutas que ha decidido transitar el país, podría constituir una fuente que depare grandes sorpresas para los participantes en la cita comicial. Para los que intentan continuar, quienes pueden encontrarse con un electorado que ignoraban. Para los que aspiran llegar si ganan y no actúan en función de las expectativas creadas por una población con mayor nivel de empoderamiento. Serían los próximos que para fuera se irían.

Me preocupan las evidencias de que el gobierno y el PLD están en el limbo respecto a estas cosas. Tan así , que las causas fundamentales del descenso en la valoración colectiva de ambos, deben ubicarse en que se frisaron en las formas que tanta rentabilidad derivaban en el país que ya no es.

Bastaría remitirse a las características de su campaña electoral; a la dedicación saturante del candidato a anticuadas artimañas politiqueras; a su no participación, por razones obvias, en modernas herramientas de competencia electoral, todo lo cual lo desconecta de una porción decisiva de sufragantes.

El riesgo para la nación es que ese desfase de quienes ostentan el poder, se manifieste en el desarrollo del proceso y en su escrutinio, usualmente intervenido mediante ardides que mutilan la expresión libérrima de la voluntad popular que en esta oportunidad parece serle desfavorable. Ojalá no lleguen ahí. Las consecuencias serían catastróficas!

Por: Pedro P. Yermenos Forastieri
pyermenos@yermenos-sanchez.com

El Nacional

La Voz de Todos