Cójanlo

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Señal de alarma

 

No solo los feminicidios repercuten con dolorosa estridencia, sino la violencia con su carga de abusos contra las mujeres indefensas. Antes que reivindicar efectos circunstanciales es necesario que las autoridades presten atención a casos como el de la menor de 14 años de edad que habría sido violada por un mayor de la Policía cuando se presentó a un destacamento a presentar una querella.

Confiada en que la querella era el paso que procedía frente a una violación sexual de que había sido víctima, la joven habría sido mancillada por el mayor Santo Oviedo de los Santos, de 46 años, adscrito a la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim).

Son muchas las mujeres que sufren agresiones físicas, amenazas y otro tipo de violencia que no se querellan contra sus verdugos por desconfianza en fiscales y agentes de la Policía. Esa realidad no se computa en esas estadísticas que suelen enarbolarse como muestra de eficiencia en la lucha contra la violencia de género.

El caso de la joven que habría sido ultrajada por un mayor en un cuartel es lo suficientemente alarmante como para llamar la atención de las autoridades.

El Nacional

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