Articulistas

Comando de campaña

Comando de campaña

El Palacio Nacional se convirtió en el comando de campaña del candidato del Partido de la Liberación Dominicana, Gonzalo Castillo, poniendo a su disposición más de 900 mil millones de pesos del presupuesto, violando la Constitución, leyes, decretos, ordenanzas y disposiciones legales. No importa lo que diga o deje de decir la Constitución y las leyes, pues quedaron abolidas.

Lo que Gonzalo diga es lo que se hace en función de sus necesidades de campaña. Las Fuerzas Armadas y la Policía forman parte del comando militar, al igual que el Ministerio Público en lo concerniente a lo jurídico. La prensa tiene un rol protagónico en la información y desinformación, en la difamación y la intriga, en ocultar los escándalos de corrupción y las infidelidades conyugales, etc. Con 997 mil 119 millones de pesos, que es el presupuesto de la nación, cualquiera gana unas elecciones de 7 millones de votantes. Pero Gonzalo parece que necesita no solo el dinero, sino otras cosas.

Anda como loco en las madrugadas repartiendo pan, arroz, salami, gas licuado de petróleo, pica-pica, huevos, pollo, y no sé cuántas pendejadas más. Esta será –sin duda- la campaña electoral más cara, mucho más que la del propio Danilo Medina, que Leonel Fernández creó un déficit de 200 mil millones para que le “ganara” a Hipólito Mejía.

El candidato oficialista necesita un empujón grande en la Junta Central Electoral, no solo en la sede, sino en las provincias, sus municipios y distritos; necesitará también de la coerción, los fraudes, la compra de votos, violencia, terror, drogas, narcotráfico, etc. Con tantos recursos económicos, un gobierno megacorrupto, sin escrúpulos, puede comprar las elecciones, vulnerar la voluntad popular y quedarse en el poder a sangre y fuego. Este pueblo adocenado, envilecido por el clientelismo miserable, ha demostrado sus debilidades y falencias a la hora cero.

Sobre todo cuando el liderazgo político no se pone a la altura de las circunstancias. El plan de Danilo es quedarse gobernando a través de un incapaz de discernir entre lo bueno y lo malo, entre un país del siglo 21 y una aldea del siglo 17, que no tiene la más mínima idea de lo que es un Estado.

El plan de la oposición debe ser impedir que Danilo y el PLD lleven a cabo su macabra maniobra. Y para eso es necesario voluntad y disposición.

Precisamos de un liderazgo dispuesto a jugarse el todo por el todo, no importa el precio que haya que pagar. (El que tenga miedo que se compre un perro prieto). La historia de la humanidad “está escrita con hechos y sellada sangre”. Los cobardes no van a la gloria.

De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. A Danilo y su PLD hay que derrotarlos en el peor de los escenarios. Un plan de contrainsurgencia, un plan “B”, tiene que estar diseñado y puesto en práctica.