Semana

Como cada Domingo

Como cada  Domingo

José Rafael Sosa

Tiempo del documental RD

 

El documental es el género cinematográfico de la realidad, para la realidad y por la realidad. Como producción de cine, retrata hechos, personas, circunstancias, refiere la historia de los acontecimientos, expone sus detalles, infiere verdades, resalta condiciones reales y con ello aporta conocimiento, orientación e información.
El documental invita a pensar, llama a actuar, crea un marco reflexivo, emociona y estimula sensibilidades a partir de los hechos presentados.

Lastimeramente, la gente sigue identificando el cine exclusivamente como el de ficción. Y resulta que la gente se equivoca.
El documental es cine. Es obra cinematografía con sus características propias como género, tan válido como los demás que van a la pantalla.

El documental dominicano vive actualmente la etapa más pujante y floreciente.

Al reflexionar sobre el documental, es indispensable referirse al cineasta René Fortunato, que creyó en este género, lo ha cultivado con un creativo sentido educativo de máxima difusión y que abrió las pantallas del cine, usando la tecnología del video, adelantándose tecnológicamente a su tiempo en el cual solo se proyectaba en celuloide. Fortunato inicia la dignificación del documental dominicano con Abril, la trinchera del honor y luego hizo la serie El poder del jefe; Balaguer, la herencia del tirano; Balaguer, la violencia poder y Bosch, presidente en la frontera imperial.

La proyección de Cacú, un cambio por la vida (Marvin del Cid- Diario Libre), Isla de Plástico (José María Cabral -Cacique Films), Santo Domingo (José Enrique Pintor-BHD); son los más recientes.

Santo Domingo es, a nuestro modo de ver, la más alta expresión del documental dominicano, tras la entrega el pasado año de la mano del mismo director, de Hay un país en el mundo.

Santo Domingo aún no estrenado, pero que hemos visto ya, nos permite asegurar que establecerá un nuevo referente por ser una producción que en parte es cine taxativo al recrear dramáticamente escenas reproducidas con criterio profesional para dar una idea de sus ambientes y personajes.

Cacú, realizado a partir de un proceso de casi cinco años por la persistencia de su director, fue exhibido dos fines de semana en proyecciones gratuitas que auspició El Palacio del Cine y Diario Libre, en un hecho que llama la atención.

¿Por qué no pagar boleta por un trabajo bien hecho y que es tan cine como el de ficción?
No hay dudas: estamos en el mejor tiempo del documental dominicano.