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Como cada Domingo: Orlando, mártir nacional

Como cada  Domingo: Orlando, mártir nacional

José Rafael Sosa

Orlando  Jorge Mera es ya,  sea reconocido o no oficialmente, mártir nacional por el medio ambiente.

El inesperado final de la vida de Orlando Jorge Mera, tras el impacto que ha tenido en la nación, debe ser consagrado como mártir nacional por el medio ambiente.

Lo que ha ocurrido con este suceso no es distinto, en esencia, de lo pasado en otros puntos del mundo. En Bogotá, Elsa Constanza y Mario Calderón, activistas sociales y ambientales, fueron brutalmente asesinados, por agentes de terratenientes.

No es distinto de lo acontecido en la amazonia brasileña a Chico Mendes, líder ecologista y sindical de un gremio conocido como seringueiros dedicados a la extracción del látex, en Brasil y no es distinto de la muerte brutal contra  Dorothy Stang, misionera estadounidense que había adquirido la nacionalidad brasileña, fue asesinada en 2005 por un sicario del lobby ganadero  y, entre los muchos ejemplos que se pueden poner a nivel local, el asesinato a machetazos del guarda parque dominicano Eligio Vargas Medrano (Meláneo), por un carbonero haitiano a quien había sorprendido en flagrante delito y que es presentado en el documental Muerte por mil cortes.

Orlando Jorge Mera, ministro de Medio Ambiente.

La trayectoria de Jorge Mera fue la de una persona que hizo la diferencia en lo personal, en lo social, en lo profesional, rompiendo el esquema del político tradicional que manipula, miente, falta a sus compromisos, que se encumbra en las veleidades del poder.

No es describible con palabras el impacto y el dolor que ha generado esta muerte, en un suceso ante el cual ninguna expresión de condolencia es suficiente para compensar el reconocimiento a su existencia, su ejemplo, su vida.

Su postura responsable ante una serie de frentes abiertos en los que tuvo que enfrentar intereses y sectores. Su muerte trasciende las circunstancias personales que se le atribuyen.

En lo personal, recuerdo que la primera vez que le vi, fue corriendo frente a la acera de su casa en el sector de Naco, muy cerca de la avenida 27 de Febrero, junto a su hermana Dilia Leticia, cuando recién electo su padre como presidente de la república, tenía la encomienda de El Nacional de entrevistar al nuevo mandatario de la nación. Recuerdo como ahora el orgullo de Salvador Jorge Blanco cuando miraba a sus hijos.