Semana

Como cada Domingo: Por Celeste Woss y Gil

Como cada Domingo: Por Celeste Woss y Gil

José Rafael Sosa

En los tiempos que corren, contamos con una excesiva cantidad (ojalá fuera correspondida por su calidad) de información de todo tipo: Existe  escurridita por ahí, una dimensión de contenidos verdaderamente trascendentes que los hemos relegado a un olvido conveniente a un rincón al cual no llegan los intereses del mercado informativo.

Hablo hoy del homenaje que le debe el país a la gran pionera del arte visual en República Dominicana: artista, maestra, la rompedora de estereotipos, la vencedora de prejuicios sociales, la perfectísima técnica pictórica, maestra fundamental, solo reconocida hasta el momento por historiadores del arte visual dominicano, curadores, profesores de artes gráficas y coleccionista, a Celeste Woss y Gil.

Acabo de ver un documental de Héctor Ulises Montás que  produjo con Mari de Severino (EPD), disponible en Youtube con 270 visitas.

Celeste Woss y Gil

El país le debe a esta mujer, el reconocimiento nacional más solemne, académico y respetuoso. No puede ser que solo sea reconocida por conocedores de la plástica.

Ella fue primera en todo: en formación, en arrojo inspiracional, el derribar prejuicios raciales y de género, pintora, dibujante, escultora y maestra dominicana. Considerada pionera en la plástica femenina nacional.

Nació en Santo Domingo el 5 de mayo de 1890. Hija de María Ricart y Pou y de Alejandro Woss y Gil, expresidente de la República. Inició estudios con  el maestro de Abelardo Rodríguez Urdaneta. Salió junto  a su familia hacia París, ciudad en la cual los museos fueron su gran escuela.

Los visitaba no como el turista cultural sino como la escrutadora de técnicas, admiradora de estilos, para luego viajar a cuba donde estudió en la Academia de Pintura del  paisajista José Joaquín Tejada, de 1922 a 1924, asistió al Art Students League en Nueva York.

En 1924 regresó a Santo Domingo y abrió su Estudio-Escuela (1924-1928), en el patio de su casa familiar donde enseñó dibujo y pintura, unidad docente que cerró para fundar la Escuela Nacional de Bellas Artes, junto a otros maestros de la pintura.