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Constitución y libertad

Constitución y  libertad

Namphi Rodríguez

La primera Constitución dominicana (1844) recogió la mayor parte de los ideales del Manifiesto del 16 de enero de ese mismo año, en el cual los habitantes de la parte Este de la isla expresaban las causas de su separación de Haití, esbozaban la creación del futuro Estado dominicano y asumían las doctrinas liberales de pensadores como Locke, Rousseau y Montesquieu.

Los constituyentes de San Cristóbal consagraron bajo el epígrafe del “Derecho Público de los Dominicanos” las principales libertades, proclamaron la abolición de la esclavitud y el principio de igualdad.

El texto proclamaba que “todos los dominicanos pueden imprimir y publicar libremente sus ideas, sin previa censura, con sujeción a las leyes. La calificación de los delitos de imprenta corresponde exclusivamente a los jurados” (art. 23).
Hasta 1861, la nación dominicana fue regida por cuatro constituciones que obedecieron a los intereses preponderantes del caudillo Pedro Santana, quien hegemonizó el poder desde el mismo nacimiento de la República. Todas contemplaban la libertad de expresión o de imprenta en términos similares al texto de la Constitución de 1844.

Ese año (1861) se produjo la anexión de la República a España.

En lo referente a la libertad de expresión, por ley del gobierno español se estableció la censura en Santo Domingo y se nombró como censor al Fiscal de Guerra.

Tras cuatro años, concluyó la anexión y la Nación empezó el período histórico conocido como la Segunda República, el cual se extendería hasta 1916. Durante ese tiempo hubo una verdadera anarquía constitucional, puesto que las luchas grupales se encarnizaron y hubo gobiernos y constituciones que duraron dos meses.

Dentro de los acontecimientos reseñables en dicho período está la reforma constitucional de junio de 1907, durante el gobierno de Ramón Cáceres, que consignó la libertad de expresión “por medio de palabras o por medio de escritos o impresos sin censura”.

Podemos decir que esta consagración constitucional es el punto de partida para una conceptualización de la libertad de expresión como un derecho que abarcaba más allá de la libertad de imprenta con que se conocía hasta entonces.

En 1916 se consumó la primera intervención norteamericana en territorio dominicano, cuyos efectos se prolongaron hasta 1924. Las tropas de ocupación establecieron la censura a fin de evitar manifestaciones que alteraran a la población. Este es un período caracterizado por las medidas restrictivas propias de los regímenes de intervención militar.

Hacemos este aporte sobre la libertad de expresión debido a que en el país este derecho se suele interpretar a partir de la Constitución de 1963.