Por su peligrosa naturaleza, Haití siempre será tema de interesantes debates. Algunos de los que nos consideramos que amamos nuestra patria vamos a continuar como bien nos dicen las sagradas escrituras en 2 Timoteo 4:7, “peleando la buena batalla”.
Pienso, que la mayoría de los que como quien escribe damos seguimiento a los comentarios de los ejemplares patriotas, Consuelo Despradel, Vincho Castillo y el doctor Euclides Gutiérrez Félix, otros debieran continuar el curso de sus ponencias en sus diversos escenarios, pues a nuestro entender, son estos los que más claro tienen el peligro que hoy día tiene nuestro país ante los constantes asedios a los que con malévolos planes se ciernen contra nuestra media isla. Estamos en serios peligros. Algunos con sus razones o no y por los diversos medios están pasándole paños tibios al tema haitiano, colocándose con esto al servicio de intereses antipatrióticos.
Es el tiempo que como dominicanos que amamos nuestro terruño dejarnos orientar por aquellos que por décadas han estado tratando, estudiando y sacando sus inteligentes conclusiones sobre el tema que en estos momentos más nos debe preocupar y unificarnos como país.
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Esa grosera invasión pacifica que ante nuestras narices estamos siendo objeto y que apadrinan fuerzas foráneas, al imponernos una pesada carga que si no somos inteligentes y con valentía espartana nos sacudimos, más temprano que tarde terminaremos llorando torrentes de lágrimas de sangre como nación.
Desde hace más de 40 años estos tres ejemplares dominicanos nos vienen advirtiendo por sus diferentes vías lo que hoy estamos viviendo.