A quién le conviene el anteproyecto de Código Penal anunciado? Nos referimos al sometido por el senador de La Vega y rechazado en el Congreso de 2024 en vistas públicas por atrasado e imperfecto.
Hay que analizarlo, porque la manipulación es la base de una oferta de lobo disfrazado, un juego planteado desde hace 25 años por los mismos sectores, remanentes del trujillato aquel que les permitía la exclusividad del país a sus anteriores y a ellos ahora.
Se le llama “el Código de Genao” y, aunque no lo dicen sus adláteres, protege la corrupción, mientras desprotege a los colectivos antidemocráticamente rechazados y a la más de la mitad de este país, las mujeres, los niños y las niñas.
Es decir, el jueguito de siempre, como cuando Trujillo, mentor de esta ultraderecha que lucha por sus privilegios de seguir robando y engañando de “manera legal”, tergiversando y manipulando con sus técnicas de siempre.
La despenalización por tres causales, aceptada por el 80% de este país como razonable en este tercer milenio de humanidad, les ha servido muy bien a este grupo de aliados en un poder autócrata.
Y las iglesias, instituciones empresariales, no las de conocimiento y fe, les hacen el juego mientras defienden una vida insegura que produce muerte, para negar la de quienes nacen y penan desde la niñez, porque esos y esas, cuestan, pero, el discurso, es gratis.
(Dejen de echarle la culpa a las causales, disculpa misógina para seguir abacorando).
Los medios, amañados por la ignorancia -preferimos pensar eso- deben contar en justicia que hay otro anteproyecto de Código Penal, el del Senador Antonio Taveras Guzmán, con gran consenso del pueblo, que no exime de responsabilidad al Estado ni a quienes lo administran local y nacionalmente, ni a las iglesias, ni a los partidos políticos y tampoco, a los militares.
Establece que se termine la impunidad por corrupción; la violencia contra niños y niñas y mujeres; que se termine la exención por difamación e injuria y crea nuevos tipos penales por el uso de sustancias como el ácido del diablo.
Además, despenaliza el aborto cuando la vida de la mujer peligra, cuando el embrión es incompatible con la vida, o si el embarazo es resultado de violación o incesto a quienes escogen libremente la alternativa.
La mujer que prefiere morir al alumbrar no será encarcelada.
A la mayoría, nos conviene contener la corrupción que no se soporta, la pagamos y sufrimos.
Y ahí, estamos también nosotras, las mujeres.