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Coronación virgen: Fe y devoción

Coronación virgen: Fe y devoción

El centenario de la coronación de la Virgen de la Altagracia, que se celebró el lunes en el Estadio Olímpico, fue una manifestación de devoción y fe del pueblo dominicano en su patrona espiritual.

Miles de personas se congregaron desde tempranas horas en el campus deportivo para venerar la imagen, que fue trasladada para la ceremonia desde su altar en la basílica de Higüey.

El presidente Luis Abinader, la vicepresidenta Raquel Peña, el enviado del papa Francisco y otras figuras se encontraban entre los que homenajearon a la patrona en ocasión del aniversario de su coronación.

La alta religiosidad y la fe del dominicano se demuestra tanto en las fechas sacras, con peregrinaciones a distintos templos y la masiva presencia en eucaristías, como en acontecimientos como el celebrado este lunes.

Además de la católica los actos de las congregaciones evangélicas suelen convocar a grandes multitudes de adeptos. Ningún fenómeno se interpone para impedir que personas de todos los estratos sociales y de los más apartados rincones del país se movilicen para venerar a sus símbolos espirituales.

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Si la gestión del entonces arzobispo de Santo Domingo, Alejandro Adolfo Nouel, fue significativa, también lo ha sido la ceremonia con que se conmemoró su centenario. Un pueblo tan devoto y lleno de fe merece no solo la protección de sus ídolos religiosos, sino de quienes toman decisiones en todos los órdenes.

El Nacional

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