Opinión

Cosas de las navidades

Cosas de las navidades

En estos días de fin de año la gente suele reunirse en familia o con grupo de amigos.
La imprudencia a veces se impone por sobre la prudencia. Y para justificar “metidas de patas ”la esposa del vecino excusó a su consorte así: “Es que él se pasó de tragos”…


Hay que evitar reacciones emocionales rápidas y esto puede ocurrir ante la provocaciones que recibimos de nuestros seres queridos cuando nos cuestionan ante la presencia de una persona que no fue invitada a la cena de Nochebuena. Se apareció y dijo: ”Se tenían su pavo guardadito… después que este canchanchán le dieron decreto se ha puesto comparón”…

La noche del 31 de diciembre los más pobres, que son la mayoría, compran su telera (pan dos pies de largo, sobao y con un surco central), carne de cerdo o pollo comprado al detalle y un plato de ensalada rusa (papas picadas, zanahoria, remolacha sasonadas con salsa mayonesa). Para rendir una espaguetada no viene mal.
Esa familia de 5 miembros ha estado ingiriendo desde temprano bebidas alcohólicas y jugando una que otra mano de dominó.
No estoy seguro si las uvas, manzana y dulces navideños (importadas) estarán en la mesa…
Dependiendo del perfil de capa social (observe que no digo clase social, pues el covid y sus devastadores efectos ingresó a pobre a muchos núcleos que se autotitulaban clase media baja) se utiliza enviar de la cena, a amigos y familiares.

El pastel de plátano relleno de picadillo (carne molida, con pasas y huevo) envuelto en la hoja de plátano y sancochado.

Este aditivo está siendo sustituido por los pasteles a base de yuca que al decir de algunos comensales resultan más suaves.
Pero sigamos conversando y describiendo el jolgorio de la noche de 31 de diciembre: Hable poco y bien evitando las auto alusiones. Ese invitado que lo sabe todo y que no deja hablar a nadie resulta grosero para el grupo.

Hay personas sumamente cultas pero que se aburren, entre otras cosas, por lo alto de la música de fondo o por lo ruidoso que resulta que todos hablan al mismo tiempo.
La hora de irse o de acostarse es variable y generalmente los menores se van a la cama obligados por sus padres.Los más viejos apelan a la frase: “Yo estoy muy viejo para canes”.

Esperar el dia primero despierto hasta el amanecer en el malecón de Santo Domingo y en el Monumento a los Héroes de la Restauración, en Santiago, suelen ser escenarios propicios para esa práctica.
De todas formas , preparémonos para recibir un nuevo año con optimismo y sin excesos.

César Mella
cesarm2@codetel.net.do

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