Estados Unidos fue uno de los primeros países que flexibilizó las restricciones contra el coronavirus. En casi todos los estados se suprimió el uso de mascarilla en la medida que se avanzaba en la vacunación, además de autorizarse la reapertura de los establecimientos comerciales.
Pero el inesperado incremento de los contagios ha determinado que se recomiende a todos los vacunados llevar mascarilla en lugares de alto contagio y en las escuelas.
Después que los centros para el control y prevención de enfermedades detectaran un incremento de los casos el epidemiólogo Anthony Fauci advirtió que se ha estado en la dirección equivocada.
La realidad que vive Estados Unidos es un referente para países como República Dominicana, que por ahora se han centrado más en la vacunación que en hacer respetar el protocolo sanitario.
Por más personas que se hayan inoculado y la mejoría que se ha registrado en la reducción de las defunciones, de la positividad y de la ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos en la vigilancia no debe darse el menor descuido. Y menos con las diferentes variantes de la covid que circulan en el país.
No basta con que se asuma que la covid es una enfermedad con la que se tendrá que convivir, lo más importante será siempre que pueda minimizarse. Si Estados Unidos endureció las restricciones es porque a la covid no se le puede dar tregua, la menor tregua, hasta que su propagación haya sido controlada.
