Por César Mella
cesarm2@codetel.net.do.-

La conocida revista Selecciones en su número de abril pasado trae un interesante artículo en donde trata el tema con preocupación expresando:

“Los cigarrillos electrónicos y vaporizadores son dos de los aparatos más comunes utilizados para vapear (es decir, la práctica de inhalar “líquidos de vapeo” o “esencias” especialmente diseñados con tal fin).
Contienen un elemento calefactor alimentado por baterías y se usan llevándolo a la boca, aunque no contienen tabaco y no proporcionan combustión alguna.

En vez de humo, el usuario aspira un aerosol, conocido como vapor. Los aparatos contienen un calentador que transforma las sustancias especiales en partículas finas para que, cuando sean fumadas o activadas de alguna manera, el individuo inhale esta evaporación en vez de humo.

En su forma parecen un cigarrillo de los tradicionales, otras formas de presentación recuerdan a una pluma fuente y de forma más elaborada parecen un balón grande (juca).
El líquido contiene hasta una dosis de 20 mg. de nicotina según regulaciones de la Unión Europea.

La trampa está en que los fabricantes aseguran que ayudan a dejar de fumar.
Se espera que para el 2023 este hábito genere alrededor de 12.9 millardos de dólares anuales en todo el continente.

En nuestro medio se ha tratado de regular el uso y abuso de estos dispositivos, pero sospecho que existe un pujante mercado clandestino de oferta y demanda de estos productos.

Algunos investigadores han asociado el abuso de estos dispositivos al infarto agudo del miocardio.

En el 2019 los doctores Stanton y Bartan documentaron que 23,000 individuos que vapeaban y que no tenían enfermedad pulmonar previa presentaron, en un tercio de los casos diferentes afecciones pulmonares y que esos efectos son independientes del hecho de fumar tabaco de tipo convencional.

Más de dos mil ingresos en los Estados Unidos de pacientes que vapeaban se reportaron 48 decesos e en noviembre del año pasado.

Ha resultado ser un negocio redondo para las tabacaleras: no solo venden estos productos alternativos, sino que muchos fumadores combinan el cigarrillo convencional con el electrónico.

Los gobiernos del mundo deben convencerse que el uso de estos dispositivos resultan adictivos y los estudios están revelando su potencial dañino Pisinger (2020)
Luis Soboga Nunes, presidente del capítulo de promoción de la salud de la Asociación Europea de Salubridad Publica afirma: “Desde una perspectiva de salubridad publica no hay manera de defenderlos.

A pesar del esfuerzo que en materia de educación para la salud se ha hecho desde la OMS estos hábitos de la modernidad amenazan con sabotear todo lo que hemos avanzado.
Países como Grecia y Noruega prohibieron toda publicidad que estimule al uso de vaporizadores.

La carga impositiva en el caso de Noruega y Corea del Sur es idéntica a los preparados de tabaco convencional.

Bélgica prohibió la venta en línea y la importación de estos productos.
y…. en República Dominicana… qué?