El Ministerio de Medio Ambiente declaró este martes en “estado de alerta” a la provincia Peravia y aseguró que desmantelará las mafias que durante años han destruido los recursos naturales de esa zona.
El ministro de esa dependencia, Orlando Jorge Mera, aseguró que “caerá todo el peso de la ley” sobre las personas y empresas que explotan y depredan las dunas de Baní, el río Nizao y otras áreas protegidas en esa provincia.
“Hemos decidido restaurar el orden y el respeto a la ley de Medio Ambiente, 64-00”, significó en una correspondencia enviada al director de El Nacional, Bolívar Díaz Gómez.
Dijo que, en coordinación con el Servicio Nacional de Protección Ambiental y la colaboración de la Procuraduría Especializada de Medio Ambiente, “hemos iniciado acciones legales para proteger las Dunas de Baní, que implicarán desenmascarar mafias que por años y años han estado explotando estas áreas protegidas.
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Dijo también, que designó una nueva directora provincial de Medio Ambiente, cuya misión es imponer el orden y la ley en el lugar.
Asimismo, precisó que iniciará este mes la fase preparatoria para la canalización del río Nizao, con la correspondiente comunicación y educación ambiental.
Indicó que esos trabajos incluyen la debida restauración ecológica y reforestación de esa área.
“Será un paso trascendental para la protección de esta importante fuente hídrica”, precisó el ministro de Medio Ambiente.
El funcionario estatal dijo que oportunamente informará al país sobre los avances de esos trabajos.
Depredado por años
Jorge Mera insistió en que actuará contra los que atentan contra el río Nizao, recurso natural que, además de ser uno de los ríos más caudalosos del país, está represado cuatro veces con las presas Jigüey, Aguacate, Valdesia y las Barías.
“Desde hace muchos años, sin embargo, los últimos 17 kilómetros del río han sido víctimas de la explotación de sus materiales, provocando que el río pierda su canal original”, manifestó.
Una reacción
Jorge Mera reaccionó así a un reportaje publicado en El Nacional por el periodista Jorge González, que informa sobre los altos niveles de depredación que afectan al río Nizao.
González reseñó que, a pesar de la prohibición de las autoridades, ese recurso natural es dañado por decenas de hombres que, noche tras noche, con máquinas pesadas, siguen extrayendo de allí materiales de construcción, en las localidades Las Barías y Juan Decena, en Baní.
Señala que, desde que cae la noche en, en la playa Río Nizao empiezan los ruidos provocados por palas mecánicas y retroexcavadoras que extraen arenas, gravas, gravillas y otros materiales de construcción, para llenar camiones que entran y salen constantemente del lugar.
Precisa el reportaje que el horario de trabajo de los depredadores se extiende, desde las 7:00 de la noche hasta 5:00 de la mañana.
El río Nizao nace en la Cordillera Central a 2,500 metros sobre el nivel del mar, con una longitud de 118 kilómetros. Es el más represado.