Envuelto en una amalgama de conflictos, el deterioro que se ha denunciado de muchos planteles en diferentes puntos del país es otro desafío que plantea reservas sobre la apertura del año escolar en forma presencial el próximo lunes.
La seguridad del Ministerio de Educación de que ningún estudiante se quedará fuera de las aulas no despeja la incertidumbre ni responde la falta de condiciones de los centros para impartir docencia.
En más de un año se entiende que las autoridades han tenido tiempo de sobra para que a estas alturas sean contados los planteles que no estén debidamente acondicionados para dar la bienvenida a los estudiantes y profesores que comenzarán las clases.
Los conflictos en torno al concurso por oposición para llenar vacantes de profesores nada tienen que ver con el hecho de que todavía haya tantos planteles, al menos según las denuncias, que no estén habilitados para impartir clases. La vacunación contra la pandemia del coronavirus no supone la desaparición de los riesgos de contagio en ninguna parte.
Como es más que sabido las aglomeraciones en centros escolares tienden a obviar los protocolos, por más esfuerzos que se hagan, para evadir la propagación del virus.
Tras la modalidad virtual y a distancia impuesta por las circunstancias para evitar que el año escolar se perdiera en su totalidad los aparentes obstáculos con que se inicia desde el lunes la docencia presencial sólo plantean inquietud.
