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Dolly Padua

Dolly Padua

Chiqui Vicioso

Llamó ayer Esteban Polanco, presidente de la Federación de Campesinos hacia el Progreso, de Bonao, para informarnos que por decisión de las comunidades que la componen, el Centro de Entrenamiento en Artesanías que inaugurarán próximamente se llamara Dolyy Padua.

De inmediato le dije que informaría a Dolly sobre tan alegre noticia y sentí un gran silencio del otro lado de la línea telefónica y un gran silencio en Fidelio. Dolly había fallecido el día 7 de marzo, cuando yo estaba fuera del país y no habían querido informarme. Esa, y la noticia del fallecimiento del más jovial de los fotógrafos Pedrito Guzmán, terminaron por arruinarme el día.

¿Quién era Dolly? Una militante de las mejores causas de toda la vida, de La Romana, hija del exguerrillero Diego Padua, muerto en la guerrilla del Este, parte del lanzamiento guerrillero el 1J4 en seis frentes. Ahora que debatimos la inclusión de Ramiro Matos a la Academia de Historia sé que Dolly, de estar viva, hubiese montado un piquete, o una huelga de hambre, frente a las instalaciones de la Academia, para protestar las declaraciones de un militar que hoy argumenta que no tuvo nada que ver con el fusilamiento de los guerrilleros en Manaclas, aunque Emilio Cordero Michel, que en paz descanse, le narró a Fidelio todo el proceso y le contó cómo el aparentemente flemático general, gritaba !Los fusilaré a todos!, mientras eximía a Emilio «por órdenes superiores».

Que conste, que el episodio de la guerrilla me llena de tristeza por su desperdicio, ya que para mi la guerrilla fue servirle a la derecha y ultraderecha (Bonillita gritaba que a Manolo no se le podía permitir salir vivo), la vida de quien pudo ser el mayor de lo líderes dominicanos en una bandeja. Ahí falleció la República Dominicana que pudo ser, la del 63, la soñada por Don Juan.

Y digo que Dolly se hubiese puesto en huelga de hambre, o hubiese permanecido en un piquete ella sola, porque asi era Dolly, espontánea, generosa, agresiva, y valiente, con una ira y pena no superadas por la ausencia de su padre, a quien adoraba, un líder sindical, legendario, de los trabajadores de la caña, y forjador del Sindicato Unido de la Romana.

Conocí a Dolly en la Bienal Marginal, acompañando a Silvano Lora, quien convirtió la parte excluida de la Zona Colonial en una gigantesca obra de arte, donde cada casucha era una instalación y los moradores orgullosos creadores. Allí la invité a Bonao, a impartir un curso de artesanía a las mujeres campesinas de la Federación, y allí pintó ella un mural en una escuela que bautizamos con el nombre de Guille, rindiendo un homenaje a Guilermo de la Rosa, otro voluntario de la capacitación campesina.

Chiqui Vicioso

Chiqui Vicioso