Traducción por ROOSEVELT COMARAZAMY

(comarazamy_medina@hotmail.com).-

CLEVELAND – Cuando José Ramírez disparó un jonrón de tres carreras para asegurar el lugar de los Indios en la postemporada en septiembre pasado, Progressive Field guardó un silencio inquietante.

Sin fanáticos en las gradas, el único ruido que se escuchó fueron los vítores desde su propia banca. Siete meses después, Ramírez pudo experimentar una vez más cómo se sentía la erupción de una multitud.

Cleveland necesitaba una sacudida, cualquier cosa para ayudar a que la ofensiva se moviera después de 14 entradas consecutivas en blanco. Ramírez hizo precisamente eso, no una sino dos veces.

Fue la ofensiva completa de los Indios el miércoles por la tarde, primero con una ráfaga de ventaja de dos carreras en el sexto antes de entregar el jonrón decisivo de dos carreras en el octavo para darle a Cleveland una victoria de 4-2 sobre Kansas City en el Progressive Field.

Tal vez un día de dos jonrones a principios de abril no sea tan monumental como palo largo de en la parte baja de la décima contra los Medias Blancas para asegurarse un lugar en la postemporada el año pasado. Pero tal vez de alguna manera lo fue. Los indios buscan establecer una identidad este año.

Una lista tan joven, que cuenta con solo cuatro jugadores mayores de 30 años en la lista de 26 hombres, está tratando de demostrar que la edad es solo un número. Pero sin algún tipo de presencia de líder o veterano que brinde orientación, es difícil para una alineación sin experiencia encontrar su base tan temprano en la temporada.

Por eso Ramírez va a ser tan valioso, incluso más que en los últimos años, para este club.

El subcampeón del Premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana 2020 deberá ser el Jugador Más Valioso de los Indios esta temporada para ayudar a mantener a Cleveland en la contienda dentro de la división. Debido a los recortes de nómina que se produjeron durante la temporada baja, incluido el canje de Francisco Lindor y Carlos Carrasco a los Metros, existía la preocupación de que los Indios dieran un paso tan atrás que se salieran del panorama de los playoffs.

Si bien bates como Franmil Reyes, Eddie Rosario y Josh Naylor deberían desempeñar un papel importante para ayudar a Ramírez a distribuir parte de la carga de trabajo ofensiva, son los momentos en que la ofensiva se pelea cuando Ramírez deberá intervenir para proporcionar la chispa.

Todos pudimos presenciar el caluroso septiembre que tuvo Ramírez el año pasado, bateando .366 con un OPS de 1.294 en 23 juegos. Eso fue durante un período en el que Cleveland cayó en una racha perdedora de ocho juegos y casi dejó que un lugar de comodín de la Liga Americana se le escapara de los dedos.

Pero Ramírez demostró entonces que podía llevar a cabo la ofensiva cuando era necesario. Y el miércoles dio la indicación de que, una vez más, está preparado para el desafío.