¿No está el público agotado y acosado de los excesos en el abuso del lenguaje, de las imágenes, de las fotos innecesariamente morbosas y sangrientas que se difunden diariamente desde los medios de comunicación y las redes sociales?

Esa interrogante ha llevado al actor Richard Douglas a plantear la idea de un Código Ético Comunicacional, que hizo público por sus redes sociales, en las cuales dijo: “Estamos s ya como comunidad siendo reconocidos por el desconocimiento de la lengua y la vulgaridad excesiva en nuestra comunicación cotidiana, eso traducido a los medios de comunicación se convierte en vergüenza colectiva cuando se trata de la imagen que como país le ofrecemos al mundo”.

Reconoce Douglas que las comunicaciones en República Dominicana han sido parte importante del crecimiento cultural poblacional y que han estado sujetas a los modismos y modificaciones lingüísticas y gramaticales de la época, además de convertirse en modelo de repetición y enseñanza para las generaciones crecientes y en desarrollo.

“Tenemos fe en que podamos ser una sociedad más decente, más digna y más justa, hasta en nuestra forma de comunicarnos”, afirma en su manifiesto.

Pide que se creen nuevas regulaciones en el orden de lo que se expone en los medios de comunicación.

“Las generaciones más vulnerables en materia de formación, son las más afectadas, son a ellas a quienes nos toca proteger y darles una herramienta más útil para su desarrollo moral y cívico, no podemos crear una sociedad al margen de la conducta cívica y las buenas costumbres”, sostiene el artista.

Dice que el Estado es la entidad llamada a crear los lineamientos para establecer una conducta comunicacional que ayude al desarrollo de las generaciones emergentes, garantizando un futuro educacional con ética en el manejo de la lengua y las costumbres de uso en el diálogo cotidiano.

“Nuestra propuesta pretende sensibilizar a la sociedad gobernante para que se tome en cuenta la imperiosidad de la creación de un Código Ético Comunicacional que se convierta en un instrumento legal y jurídico, a fin de lograr una comunicación más justa para la imagen de nuestro país, nacional e internacionalmente”, agrega.

Y cita a los ministerios que deben asumir la responsabilidad de crear este código, entre las que están: Educación, Educación Superior, Cultura, Obras Publicas y Comunicaciones, Salud Pública y Administración Pública, entre otras.

EL DATO

¿Qué es un CEC?
La Fundación Gabo sostiene que un Código Ético Comunicacional implica una relación de mensajes colectivos regidos por el compromiso con la verdad, responsabilidad para con la sociedad y la independencia de todo interés particular o influencias del poder político o mediado por intenciones corporativas privadas. Indica la fundación que para considerarse un comunicador ético es necesario saber vivir esos valores en su entorno personal y familiar y que el respeto a estos valores ayudará a construir la convivencia social.