Todos los alcaldes del Distrito Nacional se han comprometido desde tiempos inmemoriales a rescatar la Duarte con París, pero ninguno ha cantado victoria.
El pandemonio alrededor de ambas vías ha permanecido como una burla frente a las promesas revestidas de solemnidad de las autoridades municipales.
Confiada en que saldrá airosa la alcaldesa Carolina Mejía ha apostado la faja de que recuperará la infernal zona gracias al respaldo del Gobierno Central.
Tiene todo a su favor para hacerlo, comenzando por lo más importante que es la voluntad. Cuando no ha sido por los recursos los alcaldes han recuperado por temor al impacto político que tendría abordar el problema con la determinación y responsabilidad que se necesitan.
La alcaldesa ha decidido jugársela por su cuenta. Tan acostumbrada se está a escuchar promesas que no se cumplen que la gente sufre callada la contaminación y el caos alrededor de las simbólicas vías.
Carolina tiene su proyecto definido para rescatar la Duarte con París, pero antes que dejarla sola sería conveniente que todos los sectores sensatos contribuyeran en la medida de lo posible para que salga airosa.
