Estaba previsto que la economía dominicana pasara la prueba en la evaluación a que fue sometida por una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Salvo la inflación que originada por la crisis internacional ha golpeado a este y otros países la estabilidad macroeconómica ha sido una realidad. Lo más normal era que el FMI calificara de positiva la recuperación de la economía tras los efectos de la pandemia sanitaria.
El turismo y todos los sectores se han recuperado como resultado de la prudencia con que las autoridades dominicanas han manejado la problemática nacional. Sin embargo, es necesario que se ponderen sugerencias respecto a la inflación y a la deuda pública.
El FMI recomienda que entre las prioridades debería procurarse garantizar el retorno de la tasa de inflación al rango meta y mantener una trayectoria descendente de la deuda pública, en tanto se apoya a los sectores más vulnerables con medidas para aliviar el impacto de la crisis.
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No importa que se hayan tomado tales previsiones, sino tenerlas siempre presente. Contra la inflación el Gobierno aprobó la importación libre de aranceles de 67 productos alimenticios y ahora promueve un programa de siembras para evitar desabastecimiento.
El caso de la deuda es un poco más complejo, aunque se honren religiosamente los compromisos. Pero como solo se trata de una sugerencia es sensato que se tenga en cuenta.
