La visita ayer del presidente Luis Abinader a Puerto Rico donde participó en la ceremonia de toma de posesión de la nueva gobernadora, Jenniffer González Colón, tendrá un efecto positivo en el impulso de las relaciones entre Quisqueya y Borinquen, como lo auguró la nueva mandataria boricua.
Ambos estados acrisolan añeja hermandad que se expresa en fluidos nexos comerciales, intercambios migratorios y de personajes de la historia isleña, como Eugenio María de Hostos, fundador de la escuela dominicana, y Ramón Emeterio Betances, padre de la patria borinqueña e hijo del dominicano Enrique Betances.
La difícil experiencia por la que atraviesa Puerto Rico, cuya economía sufre un grave trastorno desde 2017, por el cúmulo insostenible de su deuda pública y corporativa, ascendente a US$70 mil millones, obligó a sus autoridades a pronunciar una declaración de quiebra para renegociar con sus acreedores capitales e intereses vencidos.
Ese fue el año cuando el huracán María devastó gran parte de la infraestructura de la isla, incluido su sistema eléctrico, además de causar decenas de muertos y miles de damnificados, con pérdidas estimadas en decenas de millones de dólares, lo que terminó por arruinar la economía a niveles público y privado.
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Con mucho sacrificio, Puerto Rico procura superar su crisis financiera, por lo que, a pesar de que la economía apenas crecería en 2024 un 0,7 % del PIB, y las perspectivas para el 2025, la sitúan en menos de un 2 %, recibe con mucho alivio la decisión de una juez federal de dar luz verde al plan de la isla para salir de la bancarrota.
Aunque el huracán María agravó la crisis económica que todavía padece la Isla del Encanto, el motivo principal de su desgracia ha sido el desaforado endeudamiento, que tres años antes de la pandemia de la covid-19, alcanzólos 70 mil millones de dólares, lo que obligó a la isla a declarar estado de cesación de pagos.
Es en ese espejo que debe reflejarse República Dominicana, cuya deuda del sector público no financiero sobrepasará mucho antes del 2028 los US$60 mil millones, lo que coloca a la mariposa cerca del candelabro, aun cuando se admite que la economía local es resiliente y que lleva dos decenios en crecimiento.
El Plan de Ajuste aprobado por la jueza Laura Taylor reducirá la deuda en bonos de Puerto Rico de US$33 mil millones a US$7 mil millones, mientras que los pagos quedarían reducidos en un 80 %, clara señal de que la isla saldrá del pantano al poder superar el incumplimiento y atraer nuevas inversiones. Ese espejo debería estar colocado en algún salón del Palacio Nacional.