Aquienes nos duele el uso abusivo y dispendioso de los recursos públicos, tenemos que explotar de indignación, al ver el descarado festín, de exhibicionismo y derroche de los recursos públicos, que hacen los candidatos oficialistas y los funcionarios del Estado, con lo que hacen honor a la frase de «lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta», que se observa en nuestra empobrecida provincia Baoruco.
“Y por si queda alguna pregunta en aire…”, solo nos queda inferir que si ese derroche indiscriminado, y poco disimulado del uso de los recursos públicos, se verifica en una provincia pequeña, qué estará pasando en las demarcaciones de más densidad poblacional y territorial, con mayor número de candidatos, y que requieren de mayores gastos propagandísticos, y de medios materiales para llegar al electorado.
Pero prefiero quedarme en mi patria chica… Para cualquier ciudadano sensible y consciente, resulta más que indignante el derroche indiscriminado de recursos públicos entre candidatos oficialistas, quienes ante la población parecen competir más por la exhibición de medios millonarios, que por la favorabilidad del electorado.
Pero más indignante, penoso y vergonzante resulta la burda competencia de lo que “a nada nos cuesta hagámoslo fiesta”, es el hecho de que los altos funcionarios del gobierno se han repartido el apadrinamiento a los candidatos oficialistas, y en ese enfrentamiento ellos también compiten por quien les aporta más recursos de su patrocinado.
Un chusco, alarmado, se preguntaba, una y otra vez…Dios, mío, y qué “es esto” …