Con todo y lo mucho que ha dejado que desear como partido en el poder e incluso con estrategias tan criticadas como las alianzas con organizaciones y dirigentes cuestionados por la falta de transparencia en el desempeño de funciones públicas, en el mejor de los casos, las perspectivas apuntan, como señalan las encuestas más acreditadas, a que el PRM ganará con autoridad las elecciones municipales del domingo.
Las razones no son otras que el fuerte liderazgo construido por el presidente Luis Abinader y la debilidad de una oposición que durante todo el proceso no ha pasado de críticas simplonas, pero sin conseguir articular ni siquiera una consigna que cale en el sentimiento de la población.
Los últimos tramos de la campaña evidenciaron a una oposición a la defensiva, descolocada, apelando, aunque sin mayores argumentos, a un pasado borrascoso y a un frágil prestigio. Esas debilidades la han encarrilado por el sendero de denuncias sobre la supuesta utilización de los recursos públicos a favor de los candidatos oficialistas y en tratar de sembrar dudas sobre la vulnerabilidad del sistema tecnológico de la JCE. A ojo de buen observador los alegatos son una forma de anticiparse a unos resultados que las emigraciones al oficialismo hasta de candidatos de las principales fuerzas opositoras ponen de manifiesto sin necesidad de enjundiosos análisis.
El movimiento de una casta que ha estado en todos los gobiernos, porque su especialidad ha sido respaldar al ganador, describe el panorama.
Con su liderazgo, Abinader ha conseguido preservar la unidad del PRM y evitar las rebatiñas que tanto han debilitado a los partidos en el poder. Hasta alcaldes y legisladores excluidos bajo aparentes subterfugios para competir en los venideros certámenes han tenido, no sin expresar disgustos, que permanecer en el partido. Tal vez no por lealtad, sino porque la oposición no representa una alternativa.
La prepotencia de funcionarios que piensan que deben sus cargos a méritos personales, profesionales o partidario, más que a un decreto, no ha afectado el caudal electoral del PRM. En términos generales también puede decirse de la actual gestión que ha estado exenta de esos grandes escándalos que, como en el pasado, perturban la vida pública.
El Gobierno tiene en la recuperación de la economía, el éxito en la lucha contra la pandemia sanitaria, el fortalecimiento de la industria turística y en la misma estabilidad social importantes logros que exhibir. Sin embargo, la capacidad de trabajo, la cercanía y la flexibilidad de Abinader son factores fundamentales en la alta valoración con que cuentan los candidatos del PRM en las principales plazas electorales. Aunque hay que reconocer que muchos de los aspirantes han desarrollado su propio liderazgo.