Sendero de las Cruces Un grupo de visitantes inicia el recorrido que los lleva a tener una de las experiencias visuales más atractivas de su viaje, al pasar por las catorce cruces para llegar a uno de los lugares más altos del Parque Nacional El Morro, en Montecristi
El sendero de las cruces es un bello camino ecológico entre un bosque seco, de enanas plantas endémicas, para subir a uno de los lados más alto del Parque Nacional El Morro y así poder apreciar la vista más bella e impresionante de toda la provincia de Montecristi, ubicada en la región Noroeste de República Dominicana.
Durante el recorrido los visitantes pasarán por las 14 estaciones (cruces), caminando de forma segura podrán disfrutar de una hermosa vista desde los acantilados, aunque también hay dos miradores en los cuales hay columpios para balancearse y poder ver la impresionante vista desde El Morro.
Estos columpios se han convertido en una atracción muy importante ya que cuando se hacen fotos se da la impresión de estar suspendido en el aire entre un cielo azul intenso y un mar de formidable aguas de indescriptible colores.
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Este camino ecológico se llevó a cabo por las peticiones de organizaciones locales y en parte fue ejecutado por los ministerios de Medio Ambiente y Turismo de la pasada gestión, serían las nuevas autoridades ahora con la inclusión de Banreservas que llevaría a cabo este proyecto a su terminación, adecuación y remozamiento total.
Inicio
Después de pasar una puerta de madera, un panel explicativo dará todas las informaciones sobre el recorrido por las 14 cruces, ahí comienza el viaje que será siempre cuesta arriba hasta llegar al destino. El retorno se hará por el mismo sendero.
El sendero de las cruces, es una caminata que recrea el viacrucis vivido por Jesucristo, en su camino hacia el Gólgota. Este paseo es una analogía del “calvario que anduvo el Hijo de Dios, según la tradición cristiana, para llegar al lugar donde seria crucificado.
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El recorrido, de aproximado 850 metros, sehace en unos 20 o 25 minutos, por una zona árida, y una vegetación de matorrales secos, acompañado siempre de un implacable sol solo amortiguado por una fresca briza costera. Se convierte en un aprendizaje de vida pues todos los árboles están identificada literatura explicativa.
Durante el viaje se observan: el Falso frijol (Caesalpina glandulosa, Espinillo (Zantoxylonflavun), Almácigo (Burseracsimaruba), Guao (Metopiumtoxiferun), Uvilla o Uva de sierra (Coccolobadiversifolia), Guayacán (Guaiacumoffcinale), entre otras especies endémicas y nativas que crecen de manera normal en estas tierras.
Cuando se llega al final del sendero se puede apreciar un paisaje panorámico donde se contemplan las aguas del mar con todos los tonos azules y verdes con su degradación; el ir y venir de las embarcaciones, los diferentes cayos de la zona, arrecifes; la isla Cabra y otras impresionante vistas.
