¿Qué Pasa?

Elsa Núñez “Pintar es rebelarse”

Elsa Núñez “Pintar es rebelarse”

Pintar es un acto de rebeldía, no solo creativa desde la técnica del arte, sino de identificación y compromiso con la realidad en que se enmarcan. Tal es la conclusión que se extrae de una larga conversación con una maestra de la pintura: Elsa Núñez.

“El artista es un rebelde y en el caso de los pintores, que hacemos un arte tan público, el compromiso con la vida, es crucial y palmario. Hacemos de voceros de la vida, sin descuidar el carácter creativo profesional, sin debilidad estética cometida en nombre de una denuncia.

Para denunciar sin arte están los medios de comunicación, papel que cumplen, pero que es distinto a las vías expresivas del arte. Pintar es ser rebelde y compromisario”, afirma con una voz cargada de paz y razonados argumentos.

Cuando se comparte con Núñez, en su casa, todo un museo de arte plástico se acomoda. Invisible. En nuestra mesa un personaje inesperado: la historia de la cultura dominicana de los últimos 70 anos.

Y mientras habla esta mujer mulata, vienen a acomodarse los hechos en su sala, los nombres de figuras y acontecimientos de la historia cultural dominicana, entre quienes resalta – sobre todo- el Ángel Hache, pintor, dibujante y actor, su primer y único novio, el hombre de su vida, lastimeramente partido el mes de marzo de 2016.

Si un artista vale lo que suma el talento de sus maestros, los de Elsa Núñez, no tuvo nunca espacio para dudas o quejas: fueron sus docentes en la Escuela Nacional de Bellas Artes, es Gilberto Hernández Ortega, (que además era el director de la Escuela), Jose Gausach, que impartía la materia Paisaje al Natural”, Jaime Colson, Marianela Jiménez, Celeste Woss y Gil.

Una vez que concluye los estudios, Elsa Núñez se une a compañeros de generación, los entonces muy jóvenes Leopoldo Pérez (LEPE), Cándido Bido, Iván Tovar y Jose Rincón Mora, lo mejor de la plástica de ese momento. Posteriormente tomarían cada cual su camino, viajarían al exterior a estudios especializados y buscarían su modalidad expresiva.

Al describir su obra inicial Elsa es clara al indicar que se inscribió dentro del expresionismo de la Escuela Alemana del Expresionismo.

Ella iba hacia una pintura fuerte, estremecida, sin medias tintas, y las criticas de arte de la época lo destacan.

En la época de la Revolución Constitucionalista en 1965, ella formó parte del Frente Cultural, en el plano de la pintura, mientras que Ángel Hache se integró en el frente de los poetas, dirigidos por Silvano Lora.

En el conflicto Elsa Núñez sufre la pérdida de su hermano, Rafael Núñez, fusilado por tropas norteamericanas al confundirlo con un hermano del coronel Francisco Alberto Caamaño.

A Madrid

En 1970 parte a estudiar a España, con los fondos que produjo la venta de 25 obras suyas, por parte del marchante del arte Andrés Salón. Corresponde a la petición de su entonces novio, Ángel Hache, quien estudiaba en teatro en Madrid.

Su pintura era muy fuerte. En 1970 partió a Madrid para perfeccionarla. Ángel Hache le dijo “ven a conocer la pintura de El Greco”, del que tenía rasgos en su obra sin haber visto ningún cuadro de ese artista.

Entró por prueba artística a la Real Escuela de San Fernando Madrid, donde estudió dos años. Fue una formación básica que le enmarcó nuevos parámetros para su obra.

Junto a Ángel Hache regresa al país entusiasmada al creer que con la inauguración del Teatro Nacional, se crearía una compañía de teatro de esa institución, ilusión que se disipó rápidamente cuando el maestro Carlos Piantini les dijo que no había tal intención. Fue para Ángel Hache un balde de agua fría.

En 1973 los dos pintores presentaron una exposición en el Palacio de Bellas Artes, en la que el tema de su marido eran los ángeles, influido no tanto por su nombre, sino porque nació el 2 de octubre día de los Ángeles Custodios.

Ella presentó pinturas inspiradas en teatro, sobre todo en la obra Abelardo y Eloisa, una pieza que vio en la capital de España. Una de las obras, Adán y Eva, fue comprada por Bello Andino para ser obsequiada al entonces presidente Joaquín Balaguer.

La obra extendida

La maestra ha estado en más de 20 países, exhibiendo sus obras en 54 exposiciones individuales y muchas otras colectivas (incontables ahora).

Cuando exponía en España ya tenía un público que la seguía y demandaba sus cuadros. Como cuando expuso en el Colegio Mayor Guadalupe, de Madrid.

La mujer es homenaje

La maestra dice que la presencia de la mujer en su pintura es un homenaje a su madre, la maestra en educación doméstica Mercedes Castillo, que a pesar de haber dado a luz una cantidad de hijos, 12, pese a lo cual les aportó, junto a su padre, valores fundamentales de vida y una profesión a cada uno.

A los jóvenes

Pide a los jóvenes que se inician a la pintura que se formen en el dibujo, la que lo considera una base que hay que dominar antes de experimentar con la descomposición y las corrientes y tendencias de lo moderno.

“Los nuevos pintores deben tener una solida base de dibujo, una enorme disciplina diaria para adentrarse en un arte tan demandante y comprometido” afirma la maestra.

EL DATO

SU VIDA

Nace en Santo Domingo, fruto del matrimonio de Sus padres Ramon Antonio. Núñez y la profesora de educación doméstica Mercedes Castillo, quienes le alfabetizaron y formaron en valores del hogar y le despertaron el interés por la lectura. A los cinco años comenzó a pintar (garabatear sería mejor término) las paredes de su casa.

Los padres en lugar de reprimirla, decidieron alentarla empapelando el interior de la casa y proporcionándole materiales adecuados a su edad para dejarla expresarse.

Se formó en el Colegio Salesiano María Auxiliadora y el Instituto de Señoritas Salomé Ureña y finalmente a nivel superior estudió Filosofía en la UASD.

A los 12 años, en 1958, sus padres la llevaron a inscribirse en la Escuela de Pintura de Bellas Artes, dirigida por el maestro Gilberto Hernández Ortega, quien alegó que no tenía la edad requerida.

Ella estalló en llanto clamando ser aceptada, por lo que el maestro le pidió que pintara un pie humano, lo que hizo con cierta destreza. Ese dibujo le valió la entrada temprana a Bellas Artes y fue el origen de una maestra de la pintura, tal cual es hoy.

UN APUNTE

Críticas

“Una pintura socializante, fuerte, en la cual combina la angustia y la poesía expresada en figuras, paisajes solitarios urbanos y por todos pasa un ventarrón de media tarde, largo y trágico”, Francisco Umbral, 1970.
“Ahora Elsa es dúctil, amable. Su pincel no araña las telas, sino que pasa por ellas, lleno de sentimientos agradables”, Pedro René Contin Aybar. 1969.

“La andadura artística de esta pintora es una verdad muy coherente y organizada, sin saltos mortales, en una constante evolución sin mirar hacia atrás, aunque sin renegar nunca del pasado”, María Ugarte, El Caribe. 1983.

“Un momento de balance, de recuento, de plenitud de recursos, de expresión, de madurez y, a nuestro juicio, uno de los mejores momentos de Elsa Núñez”. Laura Gil.1993.