Tras una larga demora que para muchos resultó suspicaz hay que confiar en que no se obvió ningún elemento en la investigación para determinar la causa de la explosión en San Cristóbal que por ahora ha dejado 34 muertos y más de cinco mil millones de pesos en pérdidas materiales.
De acuerdo con el cuerpo de bomberos de la ciudad el siniestro fue provocado por la emanación de gases combustibles sin ventilación en la empresa de reciclaje de plásticos Vidal Plast.
La versión confirma la afirmación de la fiscal de San Cristóbal, Fadulia Rosa Rubio, en el sentido de que la explosión se había originado en la recicladora.
Pero el presidente de la empresa, un empleado público que se desempeña como asistente de Francisco Antonio Peña Guaba, director del Gabinete de Políticas Sociales, aclaró que desde marzo la firma había cesado sus operaciones. Con la demora para dar a conocer los resultados de la investigación afloraron múltiples conjeturas.
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Llegó a decirse que la tardanza perseguía encubrir a los responsables.
No solo los familiares de las víctimas, sino amplios sectores habían externado su preocupación por la falta de información oficial en torno al suceso. Al abordar el caso el presidente Luis Abinader dijo que el Ministerio Público estaba a la espera del informe de la investigación que se ordenó.
Siempre quedarán sus dudas, pero en la investigación de un suceso tan conmovedor no podía quedar el menor cabo suelto.
