La crisis que se abrió en Perú con la destitución del presidente Pedro Castillo ha cobrado otro giro con la decisión de la Fiscalía de interrogar a la actual mandataria sobre la muerte de 28 personas en las protestas contra su Gobierno.

Sin un partido ni fuerzas políticas que sustenten su ejercicio la situación de Dina Boluarte es muy frágil.

En una nación donde la justicia es tan cortante, nada se puede descartar de la investigación que se ha iniciado para establecer responsabilidades sobre las muertes de manifestantes en enfrentamientos, que no han cesado, con las fuerzas del orden.

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La investigación incluye a los integrantes del círculo más cercano de la mandataria. La Fiscalía acogió una denuncia de una congresista que responsabiliza a Boluarte y su equipo con las muertes durante las protestas contra el Gobierno. La realidad es que la crisis no ha pasado ni se sabe en qué terminará.