Por Jerez Whisky
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El pasado domingo el Partido Revolucionario Moderno y su candidato Luis Abinader resultaron vencedores en los comicios celebrados en dicha fecha, con una cómoda mayoría sobre el Partido de la Liberación Dominicana y su candidato Gonzalo Castillo.
Es natural que al asumir el poder el venidero 16 de agosto el presidente Luis Abinader escoja para integrar su gabinete a altos dirigentes del PRM así como a amigos de confianza.
Pero esto no quiere decir que el nuevo gobierno hará tabla rasa con los empleados existentes, porque existe una ley de servicio civil y carrera administrativa que protege en sus cargos a los empleados públicos de menores rangos, que están protegidos contra despidos arbitrario.
No sabemos cuáles serán las necesidades más urgentes a las cuales el presidente Luis Abinader dedicará su atención prioritaria de su gobierno, aunque evidentemente tendrá que dedicar sus mayores esfuerzos al combate de la pandemia de la covid-19, porque todavía la misma está muy lejos de haber concluido y todavía faltan por lo menos seis meses para tener una vacuna eficaz y accesible a los sectores más pobres del mundo.
Igualmente el presidente Luis Abinader tendrá que mantener los programas de ayuda social vigente, porque según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este continente habrá entre 96 y 100 millones de padres de familia sin empleos, de los cuales dos millones serán dominicanos.
Los programas oficiales tendrán las desventajas de que para finales de año el presupuesto nacional tendrá un déficit de unos quinientos mil millones de pesos.
La economía dominicana atravesará en estos últimos cuatro meses del año la peor crisis de su historia, y les guste o no a las nuevas autoridades tendrán que seguir dependiendo de los créditos a tasas más altas que la vigente, único modo de que el Estado pueda aumentar el consumo nacional, que generaran mayor actividad industrial con el consiguiente aumento de los empleos.
La situación económica obligará al gobierno del presidente Luis Abinader a dejar de lado las obras demasiado costosas y emprender prioridades más útiles, como por ejemplo adquirir mayores equipos y nombrar más médicos y enfermeras en los hospitales públicos entre otras prioridades. Igualmente deberá dedicarse a limpiar las orillas los ríos, arroyos y cañadas así como la reforestación de nuestros menguantes bosques.
No pretendemos con esto señalar la forma como debe comportarse el régimen de Luis Abinader, porque como dice el dicho “cada maestro tiene su librito”.
