
La falta de comunicación y de atención hace que muchas veces los jóvenes tengan emociones difíciles de manejar y sus padres no puedan darse cuenta a tiempo
Para muchos padres tener hijos adolescentes es un gran problema, y considerarlo así ha contribuido en ocasiones a cerrar la comunicación y dejar a un lado el deseo de entenderlos y comprenderlos en esta etapa tan importante para su formación futura.
La frase “ellos son felices porque tienen sus problemas resueltos” solo aplica a lo material, pero no a lo emocional, donde muchas veces no sabemos qué pasa, o qué afecta a ese jovencito, ni qué consecuencias podría acarrear el problema.
El psicólogo Carlos Cano, analiza la problemática emocional de los adolescentes con la interrogante: ¿Te has preguntado alguna vez si las lágrimas silenciosas de tu hijo adolescente son un grito de ayuda? Inquietante pregunta que es una realidad que muchos padres enfrentan.

“La adolescencia es una etapa crítica y llena de cambios, donde las emociones pueden ser intensas y, a veces, difíciles de manejar. Es esencial que los padres estén atentos y sepan reconocer las señales de que su hijo puede estar enfrentando problemas emocionales”, aportó.
Identificando cambios
Los problemas emocionales en los adolescentes pueden surgir por diversas razones, explica Cano: violencia, bullying, rechazo social, problemas familiares, entre otros. La identificación temprana de estos problemas puede marcar una gran diferencia en el bienestar de un joven.
El profesional detalla algunos síntomas comunes que pueden indicar que un adolescente está pasando por una situación emocional difícil:
-Cambios en el comportamiento y la personalidad: un adolescente, antes extrovertido y social, comienza a aislarse, pasar más tiempo en su habitación y evitar actividades que solía disfrutar.
-Problemas académicos: un estudiante que solía tener buenas calificaciones empieza a bajar su rendimiento, faltar a clases o entregar tareas incompletas.
-Alteraciones en el sueño y el apetito: un joven que empieza a tener dificultades para dormir, presenta insomnio o, por el contrario, duerme excesivamente. También puede haber cambios significativos en su apetito, ya sea comiendo en exceso o perdiendo el interés en la comida.
-Síntomas físicos inexplicables: quejas frecuentes de dolores de cabeza, estómago o fatiga, sin una causa médica aparente.
-Cambios en las relaciones sociales: un adolescente que se distancia de sus amigos, evita situaciones sociales y prefiere estar solo.
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-Expresiones de desesperanza o baja autoestima: comentarios negativos sobre sí mismo, frases como «No soy bueno en nada» o «Nadie me entiende».
El psicólogo afirma que comprender las posibles causas detrás de estos síntomas es crucial para abordarlos de manera efectiva, por lo que menciona que podrían ser:
-Violencia y abuso: el adolescente que se vuelve retraído y temeroso después de un episodio de violencia en el hogar.
-Bullying: empieza a evitar la escuela, muestra ansiedad intensa los días de clases y se muestra reacio a hablar sobre su día.
-Rechazo y problemas sociales: se siente excluido en su grupo de amigos y empieza a mostrar signos de depresión y baja autoestima.
-Problemas familiares: experimenta un divorcio conflictivo de sus padres y comienza a mostrar signos de ansiedad y estrés.
Menciona como algo vital que los padres mantengan una comunicación abierta y constante con sus hijos adolescentes, creando un ambiente de confianza donde los jóvenes se sientan seguros para expresar sus emociones y preocupaciones.
“Si se detectan síntomas de problemas emocionales buscar la ayuda de un profesional de la salud mental puede ser el primer paso hacia la recuperación y el bienestar”, concluyó.