Los feminicidios constituyen una epidemia que se agrava con la evidente incapacidad de las autoridades para contrarrestarlos.
Las muertes se tornan más dolorosas cuando, como en el caso de Natalie Santil, median amenazas de la pareja o expareja, como dicen los familiares. Santil, de 26 años, murió de un disparo hecho por su pareja, un miembro de la Fuerza Aérea Dominicana.
El suceso ocurrió en La Victoria, provincia Santo Domingo. Los familiares rechazan la versión de que se trató de un accidente ofrecida por el victimario, identificado como Genaro Vargas Martínez, de 39 años, porque él la habría golpeado y amenazado de muerte.
Como en muchos otros casos llama la atención que la víctima ni los familiares denunciaran la amenaza ni la violencia que atribuyen al militar. Las autoridades tendrán que tomar carta en el asunto para combatir la epidemia.