La violencia en la región protagonizada por pandillas ligadas al narcotráfico ha vuelto a disparar la alarma con los sucesos en Ecuador, que llevaron al presidente Daniel Noboa a declarar un estado de guerra.

En El Salvador el presidente Nayib Bukele ha recurrido prácticamente al estado de excepción sin reparar en derechos humanos para combatir las pandillas que han sembrado el terror y la inseguridad en el país.

Por la irrupción de decenas de bandas armadas la vecina nación haitiana se ha tornado ingobernable. En otros países la criminalidad y la delincuencia han instalado sus reales, con todas las funestas consecuencias para el sosiego y la seguridad.

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En Ecuador el presidente Noboa ha ordenado a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones militares luego que un comando fuertemente armado ocupara durante unas horas un canal de televisión en Guayaquil, se registraran motines en varias cárceles y violentas confrontaciones en la capital y otras ciudades.

Los militares liberaron a las personas que habían sido secuestradas en el canal de televisión y detuvieron por lo menos a 330 delincuentes.

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La violencia en Ecuador se propagó tras la persecución de José Adolfo Macías (Fito), considerado el líder de una de las bandas más peligrosas del país, quien se había fugado de una cárcel de Guayaquil.

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Lo que ocurre en Ecuador es un signo de alerta sobre un virus que de no actuarse con energía puede convertirse en epidemia en la región.