Plantea muchas conjeturas la versión sobre la recuperación por miembros del servicio de inteligencia del Ejército de siete vacas sustraídas por haitianos de una finca en Dajabón cuando las reses iban a ser trasladadas a la vecina nación.
La nota indica que los haitianos fueron sorprendidos cuando se dirigían, para cruzar los animales, al río de Los 2 Caños, en la comunidad de La Peñita, que divide a ambos países. Por la persecución de los militares dominicanos los supuestos cuatreros habrían escapado a su país.
La primera interrogante que asoma tiene que ver con la vigilancia en un área identificada como punto de trasiego clandestino por la frontera.
Si los haitianos pueden cargar con reses y cualquier tipo de mercancías por el río Los 2 Caños, el trasiego de personas se supone que es mucho más expedito.
Lo extraño es que puntos tan vulnerables, como reconoce el propio Ejército, no hayan sido sellados por la seguridad fronteriza para evitar el trasiego de indocumentados y los contrabandos.
El caso de las reses recuperadas cuando supuestamente iban a ser trasladadas a Haití amplía el abanico de interrogantes sobre la seguridad fronteriza.
