Al teórico político, Guy Debord, se le ocurrió en el año de 1967, publicar una obra novedosa dentro del campo de la sociología: “La sociedad del espectáculo”. Es una obra compleja, donde el autor asume el concepto de alienación usado por Carlos Marx, para sacar a relucir las perturbaciones sociales que crea una sociedad de espectáculo.

Más recientemente, en el 2012, el Nobel de la literatura, Mario Vargas Llosa, recoge nuevamente el tema, en su obra: La civilización del espectáculo, y asegura que el espectáculo es una pasión generalizada para combatir el aburrimiento. En ambos ensayos, el concepto de cultura adquiere niveles preponderantes.

En nuestro país, nuestros dirigentes deportivos, algunos de manera instintiva y otros muy conscientes del fenómeno, han comenzado a dar valor organizativo a sus eventos deportivos, que son seguidos por miles de espectadores, a quienes, no sólo se les debe brindar el espectáculo, sino garantizar los valores familiares en una sociedad cada día más alienada.

Me resultó muy agradable, leer que los directivos del Clásico Boyón Domínguez, están convocando a los 32 delegados de los clubes a una reunión organizativa en las instalaciones del Club Mauricio Báez, a escasos días de haber terminado el Clásico de baloncesto, ganado en buena lid por los Reales del Caliche, de Cristo Rey.

Evidentemente que el inmortal del deporte, José Boyón Domínguez y César Heredia Guerra, están conscientes del rol social que cumple ese evento, llamado con justicia: El torneo de los barrios.

Igual ocurrió con la ABADINA y su torneo de baloncesto del Distrito Nacional. Por vez primera, en pleno torneo, su presidente, Diego Pesqueira, en representación de todos los directivos, anunció la fecha de inicio del nuevo torneo y los equipos que jugarán la primera fecha.

El reto de quienes organizan eventos multitudinarios es realmente grande, pues no deben limitarse a fomentar el fanatismo y llevar sólo entretenimiento, la sociedad actual, requiere de individuos que el entretenimiento no les cercene la capacidad de pensar.

Mención especial merece la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana que dirige Vitelio Mejía, quien, junto a los dueños de equipos, la Federación Nacional de Peloteros Profesionales y a un gran equipo de trabajo, con Valentín Contreras a la cabeza, como director de operaciones, ha hecho ya una tradición, iniciar los trabajos organizativos de la justa en tiempo récord.

El reto debe ser: enseñar amar el espectáculo y a venerar la cultura.

Por: Ramón Rodríguez
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