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Esto pienso, esto creo

Esto pienso, esto creo

Quizás hablar sobre otro tipo de pandemia nos vendría bien.-

Tiempos para hablar de fracasos y recordar algunos, no como un acto de masoquismo, sino, como una acción que nos haga buscar el camino de la redención. Desde el 1802, meses más, meses menos, las 12 o algo más de tribus africanas, esclavas de un imperio insaciable, donde ya hoy, son pocas las veces que ese tema sale a colación, se rebelaron para supuestamente “independizarse” y formar un país, una nación.

Pero, al pasar decenas de años que han llegado a más de un siglo, aún continúan funcionando como tribus independientes, racistas, salvajes y tremendamente todas corruptas.

Pero he ahí, que sin importar el paso de los años, esa aspiración de formar una nación, se mantiene como todo un fracaso a lo que muchos le ha dado por llamar, un Estado fallido.

Esa “cosa” que figura como quizás el país más pobre del mundo, se mantiene activo, con el mismo sistema de esclavitud, aunque de manera un tanto diferente, donde siquiera, las grandes potencias –incluyendo de quienes supuestamente se liberaron-, las acciones que han emprendido con la finalidad de sacar a flote esta pantomima de país, han resultado, al igual que el Estado, en intentos fallidos.

Pero, lo que sí han surgido, es una enorme cantidad de organizaciones no gubernamentales, con el supuesto de luchar por mejorar la situación haitiana pero, que solo han servido para enriquecerse en base a la pobreza de los mismos.

Esta pobre población, hasta ahora, se ha librado de Imperios, Monarquías y dictadores, y de tiempos, hasta donde ex presidentes se han convertido en sus defensores, pero sin dejar de hacer negocios con la miseria haitiana, esto, de todos es harto conocido, en tanto, pretenden condenar nuestro país, por el suplicio de la miseria que ahoga ese amontonamiento de personas.

Hoy asistimos al vil asesinato de un Presidente, donde todo da a entender que nunca jamás se sabrá en realidad, si fue un grupo o toda una colectividad. Lo que sí sé es que cada día enturbian más la situación para llegar a esa finalidad y que mucho menos aparezcan esos negocios criminales que se llevan a cabo contra esa población, como el negocio eléctrico.

Pero, por más que embadurnen el asesinato, un hecho innegable indica, que la mano ejecutora, tiene el sello haitiano, los únicos humanos que mutilan el cuerpo, como parte de sus creencias, para que el mismo no pueda ir al cielo.

En tanto, existen sentencias que mantienen su validez sin importar el tiempo transcurrido, como esa del libertador José Martí, a propósito del maridaje con el tema haitiano, del Canciller y el Ministro de Migración, cosa que reitero, sin importar si me tachan de anti o racista, porque lo mismo da: “Con Haití no hay posibilidad de entendimiento; todas las verdades de las ciencias políticas y económicas se estrellan contra esa realidad brutal. Es una cultura de miseria, depredación y pobreza que se los tragará irremediablemente a menos que opongan una seria resistencia. Cierren la frontera o restrínjanla al máximo. Que se invierta todo lo que se quiera internamente en Haití, pero, no liguen los pueblos porque nada bueno saldrá”.

“Haití no es una nación, es una masa de gente, y con intenciones muy siniestras hacia los dominicanos”. Así lo expresó Martí y así ha sido y será. ¡Sí señor!

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira
(rafaelelpiloto1@hotmail.com).-

El Nacional

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