Editorial

Estupor

Estupor

Estados Unidos no se sobrepone del asombro por el asalto perpetrado ayer por seguidores del presidente Donald Trump que irrumpieron en el Capitolio cuando el Senado y la Cámara de Representantes celebraban una sesión para oficializar el triunfo de Joe Biden y Kamala Harris, acto de violencia con saldo de una mujer fallecida por herida de bala.

El propio presidente Trump convocó a miles de sus partidarios a una manifestación en Washington para protestar contra lo que definió como robo de las elecciones del 3 de noviembre, a quienes instó a marchar hacia el edificio del Congreso con la promesa no cumplida de que él mismo encabezaría la manifestación.

Individuos armados destruyeron ventanas, ingresaron a la sede congresual, destruyeron mobiliarios y violaron oficinas de legisladores, incluidas la de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, durante violentos incidentes que en principio la policía no pudo controlar.

El presidente electo Biden repudió el asalto al Capitolio y exigió a Trump que se dirija a la nación por televisión e inste a sus partidarios a retirarse del área del Congreso, pero el mandatario se limitó a enviar un llamado a la calma mediante un mensaje por Twitter.

En la historia política de Estados Unidos no se conoce otro episodio en el cual un presidente en ejercicio convoca a una manifestación de partidarios ante el Capitolio para impedir por la fuerza que el Congreso certifique la victoria electoral de su sucesor.

La imagen de Washington como la capital política del mundo y santuario de la democracia, quedó severamente lesionada por los desórdenes promovidos por el propio inquilino de la Casa Blanca, quien tildó de cobarde al vicepresidente Mike Pence, por no anular los resultados electorales, en su condición de presidente del Senado.

La violenta irrupción de la sesión del Congreso que certificaría los resultados electorales por partidarios del presidente Trump, se produjo horas después que en Georgia se confirmó la elección de dos senadores del Partido Demócrata, con lo cual esa organización política controlará ambas cámaras legislativas y garantizará la agenda del presidente Biden.

La incertidumbre política provocada por una conducta absolutamente reprochable de Trump aun arropa a Estados Unidos, sacudido también por una pandemia que ha causado más de 350 mil muertos y devastación de su economía. Hoy como nunca, el pueblo estadounidense está compelido a repetir “God Bless the United Estate of America”. (“Dios bendiga a los Estados Unidos de América”).

El Nacional

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