Al asumir hoy la presidencia el izquierdista Gustavo Petro inaugura una nueva era en la historia política de Colombia. Pero a pesar de una altísima popularidad, que ha crecido durante la transición, las perspectivas no lucen las más auspiciosas.

En estos días ha brotado una extraña ola de terrorismo que ha costado la vida a varios agentes de la Policía.

Petro, que ha sido senador y alcalde de Bogotá, tiene claro la necesidad de negociar con todos los sectores en procura de reconciliación. E incluso ha advertido que no replicará los modelos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, sino que impulsará un proyecto político basado en los intereses de Colombia.

La crisis económica que hereda de su antecesor Iván Duque y los brotes de terrorismo representan algunos de los desafíos con que tendrá que lidiar el primer presidente salido de la izquierda en Colombia.