Una zona roja
Pienso que se hace perentorio separar de una vez y por todas, el sagrado descanso de la gente en sus hogares, del entretenimiento y la diversión desmedida que incrementa la violencia y acentúa el caos.
Pienso que se hace perentorio separar de una vez y por todas, el sagrado descanso de la gente en sus hogares, del entretenimiento y la diversión desmedida que incrementa la violencia y acentúa el caos.
Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa. Pero en nuestro país es todo lo contrario. Aquí la sociedad es un desorden mayúsculo inmanejable, absurdo y peligroso. La ciudad de Santo Domingo es una distopía. Los espacios urbanos son amasijos anárquicos inverosímiles, vejatorios y alienantes que golpean a la ciudadanía. Nunca ha […]