Editorial

Execrable crimen

Execrable crimen

Un hacendado y su asistente fueron asesinados a garrotazos y sus restos encontrados calcinados dentro de la finca de su propiedad, en la comunidad de Estero Hondo, Villa Isabela, Puerto Plata, al lado de otro predio donde no hace mucho una pareja de esposos fue degollada junto a un empleado.

El doctor Eduardo Generoso Pérez Rojas, de 79 años, y su empleada Maribel del Carmen Acosta, de 48, habían sido declarados desaparecidos desde el 1 de mayo, pero el sábado sus cuerpos fueron encontrados en un área de la finca ganadera y agrícola.

Pérez Rojas, reconocido odontólogo y profesor universitario jubilado, trabajaba en su finca junto a la señora Acosta cuando fue atacado a garrotazos por al menos dos empleados quienes confesaron a la Policía su participación en el crimen con el objetivo de robar reses y dinero.

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El hacendado y su asistente habrían sido asesinados tres días antes de que las autoridades localizaron sus cadáveres que fueron incinerados por sus victimarios en esfuerzo por ocultar evidencias, al tiempo que procedían a vender en los mercados de la zona un lote de vacas de su propiedad.

La Policía aún no ha localizado al haitiano que en octubre de 2022 degolló al también hacendado Juan José Soto, a la señora Maritza Arelis Ovalles y a un empleado, cuando en la finca de al lado asesinan ahora a otro hacendado y a una mujer, esta vez por empleados dominicanos que habían sido contratados en sustitución de labriegos haitianos.

Hay razones para que la sociedad toda exprese consternación, angustia e indignación por tan deleznables sucesos que reflejan el generalizado estado de inseguridad ciudadana, violencia y desprecio por la vida ajena, como lo demuestra el hecho de que durante tres días consecutivos los homicidas incineraron los cuerpos de sus víctimas.

Preocupa sobremanera el aumento de asesinatos por causas de atracos, asaltos, sicariato, perpetrados por empleados contra sus empleadores, clara señal de que aumenta la delincuencia y la criminalidad.

Asesinatos execrables como los perpetrados contra los dueños de dos fincas vecinas y tres empleados consternan a una población que hace tiempo tiene los pelos de punta ante los cotidianos casos de crímenes y delitos que hacen pensar que aquí la vida no vale nada.

El Nacional

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