En un país donde se lucha por un carguito público extraña el desinterés, tal vez por primera vez, para formar parte de la Cámara de Cuentas.
En contraste con otras convocatorias, la Cámara de Diputados extendió el plazo hasta el 28 de este mes para recibir más postulantes.
En las últimas horas se habían registrado más de 130, incluyendo al presidente Janel Ramírez y otros dos miembros del organismo.
También la exrectora de la UASD, Emma Polanco. Es también la primera ocasión que el proceso se desarrolla sin el pugilato político que lo caracterizaba.
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El Gobierno, que siempre influía en la elección de los miembros, parece que se ha desentendido por completo y dejado la misión en manos de los legisladores. Los conflictos que han brotado en la actual gestión se han atribuido a intereses políticos de los protagonistas.
Es saludable que esa experiencia no se quiera repetir, aunque lo primordial para la elección no sea la simpatía política de los postulantes, sino la solvencia moral y profesional para desempeñar las funciones.
Se trata de un detalle que los legisladores deben tener presente a la hora de seleccionar a los miembros de la Cámara de Cuentas.