Como cada cuatro años, del 21 de noviembre al 18 de diciembre, la política, la economía y otros temas mundiales, pasan a un segundo plano; todo queda postergado por el frenesí que provoca el mundial de fútbol, que por primera vez se disputa en invierno y que será el último con solo 32 equipos ya que en lo adelante participaran 48 países.
En nuestro país, sobre todo entre jóvenes y gente de clase media y alta, el “deporte rey” tiene muchos fanáticos, y para nuestra satisfacción, en 2023, por primera vez Republica Dominicana participará en un mundial en la categoría sub-18.
Qatar (sede del evento) es un país árabe del mismo tamaño que la región del Cibao, pero sin árboles ni montañas, con una población de 250 mil cataríes y 3.5 millones de extranjeros, la mayoría hombres, ya que solo un 24% (uno de cada cuatro) son mujeres. Gobernado por una familia, asentados sobre una inmensa riqueza de petróleo y gas natural que lo convierten en uno de los países mas ricos en el mundo.
La elección del país anfitrión estuvo matizada por denuncias de corrupción entre los directivos de la Federación mundial de futbol (FIFA). El evento será recordado como el más caro de la historia de los mundiales, con una inversión superior a 220 mil millones de dólares, necesarios para la fastuosa organización y construcción de la infraestructura, sobre todo estadios gigantes que despues del evento quedaran vacíos e inoperantes.
El futbol mundial tradicionalmente sexista y homofóbico también ha experimentado cambios; las ligas femeninas; mujeres árbitras en el mundial, y comentaristas en la televisión. Aunque a las mujeres asistentes al evento se les ha pedido no usar pantalones ni minifaldas hay que destacar que las mujeres cataríes pueden prescindir del velo y obtener licencia de conducir. La política anti LGTB del país es desafiada por jugadores y representantes que cuelgan un brazalete con los colores y la inscripción “one love”.
A Panana le tomó 20 años hacer la transición del beisbol al futbol, pero con las inversiones que se están haciendo en el país, y con esa cantera de talento sde dominicanos y descendientes de haitianos, esperamos que en un futuro no muy lejano estemos entre los países que participan directamente en esa fiesta mundial.