El cacerolazo nacional contra las AFP convocado para el miércoles 30 de marzo a las 8:00 de la noche por diferentes grupos populares no se sintió en ningún sector.
El fracaso fue tan estrepitoso que a los convocantes no les quedó más remedio que guardar silencio. Las AFP, si quieren, pueden celebrar como una victoria el rechazo de la población a ese llamado.
Tratando de exacerbar los ánimos por la disminución del balance de capitalización individual de los cotizantes, a los promotores les ocurrió como al que fue por lana.
Cada quien puede dar su lectura al fracaso del cacerolazo, pero la realidad es que no caló en la población el llamado para exigir la restitución de 72.3 millones de dólares que habrían sido descontados de los fondos de pensiones por las AFP.
El superintendente de Pensiones, Ramón E. Contreras Genao, ha explicado que la reducción de los fondos no responde a ninguna maniobra de las AFP, sino que es resultado de la variación de la tasa de cambio.
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Pero en lugar de pedir explicaciones, organizaciones y supuestos líderes políticos y populares han pretendido estigmatizar a las AFP con el propósito de ganar simpatías.
