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Fuegos suspicaces

Fuegos suspicaces

Con el incendio originado en Valle Nuevo hay más razones para que las autoridades no solo refuercen la seguridad en los parques, sino para profundizar las investigaciones sobre los fuegos.

No se debe partir a la ligera, pero por la propia atmósfera los siniestros de estos días, que comenzaron en Barahona, generan muchas conjeturas en distintos sectores.

De la misma manera que pueden ser accidentales, provocados por la sequía, los vientos, el conuquismo furtivo o el descuido en alguna labor, entre otros elementos, también pueden ser criminales.

Como nada se puede descartar, menos cuando existen tantos intereses en conflicto, una investigación, tras la extinción de los incendios, se cae de la mata. Pero tienen que evitarse los juicios a priori y las acusaciones sin fundamento. Los incendios, cuyos daños están a la vista, generan mucha preocupación.

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Hay que determinar con precisión y objetividad la verdad sobre los fuegos forestales. Es obvio que no deja de llamar la atención que sin que los de Barahona hayan sido extinguidos en su totalidad se reportara el incendio de una extensa área en Valle Nuevo.

El Nacional

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