La explicación de la negativa de los germanos está en el gas que importa esa nación desde Rusia y que constituye una fuerza viva para la economía alemana, la número uno de la Unión Europea (UE)
Santo Domingo.-La amenaza de una invasión en Ucrania, por parte de las tropas rusas, ha provocado gran incertidumbre en el mundo, e incluso, una división en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, conocida en español como la OTAN.
Alemania, miembro del organismo, se ha negado a enviar armas para ayudar a Ucrania, lo que ha sido criticado por los países de la alianza, creada en principio para enfrentar el poderío de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), de la cual Rusia formaba parte.
La explicación de la negativa de los germanos está en el gas que importa esa nación desde Rusia y que constituye una fuerza viva para la economía alemana, la número uno de la Unión Europea (UE).
Alemania negó hace poco una solicitud de los países del Báltico (Estonia, Letonia y Lituania) para poder enviar armas de fabricación germana a la República de Ucrania, antigua integrante de la URSS.
El conflicto entre Rusia y Ucrania se agravó con la anexión de la península de Crimea por parte del gobierno de Vladimir Putin, en el 2014, lo que posteriormente acabó con la ocupación del este ucraniano, por parte de independentistas pro rusos.
Todo ello llevó a la OTAN, encabezada por Estados Unidos, a incrementar su respaldo a la idea de que Ucrania forme parte del organismo internacional, lo que provocó el rechazo de Moscú, bajo el alegato de que «se pondría en peligro la soberanía rusa».
Putin y su gobierno piden a la OTAN que no continúe instalando bases y apoyando a países de ex URSS, como el caso de sus vecinos ucranianos, donde muchos de sus ciudadanos tienen como lengua oficial el ruso.
Rusia tiene en la frontera con Ucrania a más de 100 mil efectivos, así como tanques, helicópteros de ataque, barcos de guerra, entre ellos destructores y sus modernos misiles.
El Gobierno ruso está a la espera de la respuesta de la OTAN sobre una serie de exigencias que hizo el Kremlin para no utilizar la fuerza contra sus vecinos.
Varios expertos consideran que una invasión en Ucrania podría desatar una guerra a gran escala, que afectaría a gran parte de las naciones europeas.