Opinión Editorial

Gesta gloriosa

Gesta gloriosa

El 65 aniversario de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, que se conmemora hoy, sorprende a los dominicanos en su brega por el fortalecimiento de la democracia, la soberanía nacional y de las libertades públicas, mismos valores enarbolados por 225 expedicionarios que arribaron llenos de patriotismo con la misión no lograda de poner fin a la tiranía de Trujillo.

Esa gesta gloriosa que inicio el 14 de junio de 1959 congregó a numerosos jóvenes en el exilio cobijados en el ideal de derrocar a un régimen de oprobio que subyugó a la población por más de tres décadas, pero circunstancias adversas convirtieron a casi todos en mártires de la Patria.

Un avión pilotado por el venezolano Julio César Rodríguez y el dominicano Juan de Dios Ventura Simó, aterrizó en Constanza con 56 combatientes, comandados por Enrique Jiménez Moya. Los otros expedicionarios desembarcaron seis días después por Maimón, en la lancha Carmen Elsa, y por Estero Hondo, en la Tinina, todos los cuales fueron acribillados por la soldadesca de Trujillo.

Fueron muchas las dificultades que confrontaron esos expedicionarios, como la prevalencia del mal tiempo que impidió que el avión aterrizara en San Juan de la Maguana, lugar inicialmente escogido, y el retraso de las lanchas que transportaban al grueso combatientes que deberían desembarcar el mismo 14 de junio, pero la delación anticipada del movimiento guerrillero sería la mayor.

Aunque esa expedición, integrada también por combatientes provenientes de diversos países fue virtualmente exterminada por el ejército del sátrapa, la sangre derramada por esos mártires encendió la llama de la libertad y precipitó la caída del régimen dos años después a través del magnicidio del 30 de mayo de 1961.

De los sobrevivientes Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán y los cubanos Delio Gómez Ochoa, Pablito Mirabal y Gonzalo Almonte Pacheco, solo vive el comandante Gómez Ochoa, quien a sus casi cien años preside hoy los actos de recordación de esa gesta.

Una nación agradecida tributa hoy merecido homenaje a los héroes y mártires de la Raza Inmortal, fecha propicia para reiterar el solemne juramento de que el pueblo dominicano jamás permitirá ninguna forma de tiranía que intente siquiera conculcar el espacio democrático y de libertades públicas.

Las presentes generaciones no deberían olvidar que la gesta de los expedicionarios de La Raza Inmortal cubre una de las páginas más gloriosas de la historia nacional, en la cual se estampó con letras doradas y perennes el inmenso amor, valor y abnegación de esa legión de patriotas que entregaron propias vidas en aras de la libertad del pueblo dominicano.

El Nacional

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