En el último año se registró una masiva inmigración de haitianos ilegales al fallar los controles en la frontera imaginaria entre los dos países, pues no existen límites claros en la línea divisoria, lo que ocasiona que existan muchos cruces sin ninguna protección, provocando un enorme incremento de la población del vecino país.
Hay que reconocer el esfuerzo denodado hecho por el ministro de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem, aumentando el número de efectivos militares en la frontera, creando nuevos puntos de chequeos, los cuales han detectado a grupos de haitianos que intentan penetrar al país, sin documentación legal, en una abierta y desafiante a la ley de Migración.
¿Y de qué sirven las constantes deportaciones que realizan la dirección de Migración y las Fuerzas Armadas, dado que los haitianos regresan por otros lugares en cuestiones de horas, burlando el trabajo de repatriación realizado por las autoridades competentes? El propósito es lograr el dominio de nuestra territorialidad que se ha tornado vulnerable y peligrosa para salvaguardar la soberanía nacional.
Y no lo decimos los preocupados por el destino de la Patria, sino la Misión Internacional para las Migraciones (OIM), a la cabeza de su director Guiseppe Loprete, quien afirmó que la política para enfrentar a los inmigrantes ilegales en la República Dominicana ha fracasado, al significar que los haitianos una vez son expulsados “simplemente se dan la vuelta y retornan.
Las puntualizaciones del experto han disparado la alarma de los grupos Nacionalistas que están dispuestos a ofrendar sus vidas para impedir que la Republica sucumba ante Haití, nación que cada día se apodera poco a poco del suelo dominicano, frente a la ceguera del gobierno central que no adopta una drástica decisión para deportar masivamente a los haitianos y construye un muro fronterizo.
Y coincidimos plenamente con el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, al considerar que las afirmaciones del señor Guiseppe Loprete deben constituir una vergüenza para las autoridades migratorias del país, resaltando que la presencia de millones de indocumentados mantiene en ascuas a los ciudadanos que temen que Haití se adueñe de nuestro territorio.
