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Granceras y polución socaban afluentes

Granceras y polución socaban afluentes

Dedicatoria con deferencia a nuestro querido presidente Luis Abinader.

En un conversatorio auspiciado por Diario Libre el 21 de marzo de 2022 tratando el drama del agua en RD, la expositora Patricia Abreu, directora ejecutiva del Fondo del Agua Santo Domingo (FASD), se despachó con esta agorera amenaza: “Si no intervenimos las cuencas, al 2050 habrá escasez de agua absoluta”, continuando su agenda advirtiendo que Medioambiente, Caasd e instituciones privadas, procuran soluciones y propician concientizar relacionado tratar el recurso natural vital que es el agua.

La reconocida y meritoria empresaria Rosa Margarita Bonetti de Santana (Pirigua), participante en el conversatorio, presidenta de la Fundación Propagas, advirtió que descontaminar el río Ozama amerita un trabajo entre 20 a 30 años.
Mientras Roberto Herrera, presidente de la junta directiva de FASD, identificó que los efectos contaminantes del Ozama se perciben en la boca del afluente, el origen del problema proviene de la cuenca alta, y sin expresarlo, por ósmosis, debe atribuirse a su deficiente cobertura boscosa.

El problema forestal, específicamente de nuestras cuencas altas, ha evolucionado con el tiempo a categoría de drama, espeluznante reto aún no asumido por ninguno de nuestros gobernantes, aunque tampoco ninguno ha desmentido con la rigurosidad que amerita este caso, con claras características de tragedia medioambiental, riesgo de extinguir por imperdonable desidia, las fuentes hídricas, actas de nacimientos de nuestros sistemas acuíferos y afluentes.

El drama del agua, la precariedad boscosa de las cuencas altas, específicamente de la Cordillera Central, que es la real “Madre de las Aguas”, siendo Valle Nuevo soporte mayúsculo, porque en ella se forman en iníciales hilillos de agua, apenas perceptibles, los grandes afluentes, Yaque del Norte y Sur, Nizao, Masipedro, Yuna, Camú, Bao, Amina, Mao y otros.

Nunca será ocioso cuando tratamos este tema, omitir la prematura clarinada emitida por los conservacionistas doctor Miguel Canela Lázaro y jurista Juan Bautista Pérez Rancier, en documentado informe rendido al presidente Horacio Vásquez en 1926, compilado en un volumen intitulado Geografía y Sociedad.

Debiera ser la Biblia de todo ministro de Medioambiente, señalando los peligros de deforestación que detectaron en su excursión a la Cordillera Central, en las inmediaciones de La Pelona, donde nace Yaque del Norte, el afluente más importante del Caribe insular, con 301 kilómetros de recorrido hasta Montecristi, hoy en trance de extinción por deforestación de su matriz, inicialmente agredido desde Jarabacoa, y su salvaje viacrucis letal por Santiago, convertido en cloaca nauseabunda, soberanamente polucionado.

Conservacionista desde antes que Yaque del Norte fuera delicia de mi adolescencia, con aforo impresionante antes de ser represado para construir la presa de Tabera, Geografía y Sociedad es un tesoro que abrevé con inefable emoción.
Las versiones escritas, que todo lo resisten, idéntico a los árboles que no pueden defenderse de quienes los mutilan, propalan que nuestra cobertura boscosa es 42.7%, abarcando 48,311 kilómetros cuadrados. Repartidos 39.8 bosque húmedo, 22.6 seco, 15.5 semi-húmedo, almacenando en conjunto 1.8 millones toneladas de carbono.

En el conjunto de mis indagaciones, consultando mis nutridos archivos, nunca he logrado identificar un ministro de MA o un director Forestal rodeado de una parafernalia, reforestando una cuenca alta, todas en situaciones precarias.

Nunca un ministro de MA, cortejado de parafernalia, anunciando que nuestros soldados, por firme orden de nuestro presidente Luis Abinader, se incorporan reforestar nuestras cuencas altas, en vez de cultivar el ocio, que nos cuesta al contribuyente RD$70 mil millones al año, con cuestionable reciprocidad a monumental monto.

Jamás percibir un ministro de MA disponiendo drástica prohibición a las granceras, que socavan los lechos de nuestros afluentes, con invisible, pero evidente patente de corso, que ningún gobernante desguabina.
Tampoco prohibiendo aserraderos y enjambre de deforestadores, mucho menos disponiendo sembrar un pino por uno cortado.

Igual manera un ministro de MA reunido con Juntas de Vecinos, alcaldes, alcaldes pedáneos, líderes cívicos y religiosos locales, planeando método no contaminar afluentes, ordenar colecta residuos y convertirlos en riqueza, imitando ejemplo de Las Placetas, Sajoma.

Nunca un ministro de MA reunido con personajes párrafo anterior, mostrando beneficios de sembrar Guaconejo, Cambrón, Campeche, Baitoa, revitalizando diezmado bosque seco, soporte de artesanos de pilones y cucharas de madera, ni frenando en seco haitianos traficantes de carbón y Guaconejo hacia Haití, en corrupta connivencia con militares.

Designar un militar ministro MA tampoco lograría superar este fárrago de anomias que define MA, porque hubo militares directores de Foresta que lo hicieron peor, sin atisbos de fiscalizarlos, deviniendo en magnates.
Solo firme y drástica voluntad política de nuestro presidente Abinader pudiera superar el drama de nuestras esmirriadas y degradadas cuencas hidrográficas, detener las poderosas granceras, y restaurar los afluentes saturados de polución.

Firme y drástica orden salvadora anhelada, símil al drama invasión pacífica de haitianos, que ningún gobernante tampoco ha enfrentado con la dimensión, profundidad y aspiración de sus gobernados.
O si nuestro querido y promisorio presidente Abinader, en estos dos supremos reclamos ciudadanos, se atreve.

Por: UBI RIVAS
ubirivas30@gmail.com

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