Con el lanzamiento ayer por Irán de casi 200 misiles balísticos sobre Israel crece el temor de que se desate una guerra regional total en Oriente Medio que ya involucra al Estado judío, Teherán, Franja de Gaza, Siria, Yemen y el Líbano, con la intervención indirecta de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
El conflicto se inició el 7 de octubre de 2023 con el ataque sorpresivo de grupos armados de Hamás contra participantes en festividades religiosas en el sur de Israel donde mataron a 695 civiles y 373 militares y policías, y en un festival de música, con saldo de más de mil personas asesinadas.
Israel declaró la guerra en la Franja de Gaza con intensos bombardeos e incursiones militares terrestres que han provocado más de 41 mil muertos, y más de diez mil desaparecidos, la mayoría mujeres y niños, en una ofensiva que se ha extendido a Cisjordania, Líbano, Siria y Yemen.
Es previsible que el ejército israelí tome represalia contra Irán, como ha adelantado el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien ha prometido que Teherán pagará por el precio de la agresión, lo que consolida el temor de que la guerra se expanda por toda la región.
Las gestiones de alto al fuego o de reencauzamiento de las negociaciones entre Israel y Hamás parecen diluirse ante el incremento de ofensivas militares que incluyen la invasión al Líbano y el asesinato del principal líder de la milicia Hezbolá, respaldada por Irán.
El presidente Joe Biden ha ofrecido pleno respaldo a Israel, al tiempo que Washington se ofreció para “coordinar” la respuesta militar con que el Estado judío responderá a Irán, clara señal de que la situación en Oriente Medio iría de mal en peor.
Una indeseada expansión de la guerra en Oriente Medio afectaría en mayor o menor proporción a Siria, Irak, Líbano, Irán, Palestina, Israel, Jordania, Kuwait, Bahréin, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Yemen, Egipto, Sudán, Libia, Chipre y Turquía, lo que lógicamente involucraría de algún modo a todo al mapa mundial.
La incursión de milicias de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel fue un acto terrorista brutal e inhumano, como también ha sido la respuesta de Israel con sus cruentos bombardeos e incursiones militares terrestres contra la población civil de la Franja de Gaza, en una guerra que se expande sin control, alentada por un liderazgo regional y mundial que promueve la confrontación.