Santiago.- La Iglesia Católica de esta ciudad afirmó que la República Dominicana atraviesa momentos difíciles y deploró la descomposición social que está llegando a niveles preocupantes y la violencia como demuestran los hechos.
En su editorial de esta semana, el periódico de la Arquidiócesis de Santiago plantea que “frente a esta cruda realidad, todos estamos llamados a buscar salidas que nos permitan recobrar la paz ciudadana que hemos ido perdiendo”.
El semanario Camino dice que la ofensa, el rencor y la falta de diálogo van encontrando espacios en muchas personas que actúan impulsados por el odio que lleva a la muerte.
Deploró lo que define como espiral de violencia que se manifiesta a diario de la que dijo hay que detenerla, de lo contrario habrás que vivir enjaulados para evitar ser víctimas de este desenfreno que está terminando en tragedias.
Camino afirma que los dominicanos quieren vivir en paz “muchas familias están pasando por momentos muy tristes, al ver partir a sus seres queridos a destiempo, por culpa de malhechores”.
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Es urgente buscar una solución a esta crisis que tenemos. Una de ellas es frenar la proliferación de armas de fuego en manos de civiles. Armas que son utilizadas para cometer robos, atracos y crímenes.
En su editorial titulado, Seamos instrumentos de paz, Camino dice que “Nuestra nación está atravesando por momentos difíciles. La descomposición social está llegando a niveles preocupantes, y la violencia desatada nos llena de espanto. Los hechos de los últimos días así lo demuestran”.
El semanario católico sostiene que todavía se está a tiempo de frenar estos hechos que amenazan convertir nuestro pueblo en un infierno.
“No sigamos sembrando vientos de violencia, porque ya la tempestad de intranquilidad nos está azotando. Desde Camino sugerimos la implementación de un plan nacional de prevención de la violencia que involucre a todos los sectores”.
El periódico de la Iglesia Católica agrega “hacemos un llamado a las familias y a la sociedad en general, para que no sigamos sacando a Dios de nuestras vidas, porque nos convertiríamos en monstruos. Seamos instrumentos de paz”.